28 de febrero de 2013

Una.




Viendo tu historia en otra vida parece más real. Hay algo en tu día a día que hace que el SOL deje de brillar por momentos. Momentos que comenzaron siendo pocos, pero que ahora abarcan minutos, horas, días… De repente. Un día, una mañana parece que todo cobra sentido. Tú estás sufriendo. Estás pasando por algo nada agradable para ti. Niña de pequeños sueños. Situaciones que acaban con esa sonrisa. Que hacen que los hilos que tiran de tus comisuras se rompan. Inexplicable. Días más tarde. Demasiado tarde quizá. Te enteras de algo parecido. Algo turbio y distinto. Lo mismo ha sucedido en otra persona. Otra vida, otra nacionalidad, otra familia, otro origen… pero MISMA historia, misma causa que denunciar. Misma cosa que contar. Qué te está contando. Es en ese instante cuando te das cuenta de que no es algo paranormal. Que no es algo raro. Ni algo que no pudiera suceder. Pero a la vez hace que pienses en que todos tus malos pensamientos. Tus malas sensaciones. Poco a poco comienzan a hacerse realidad. Esperanza y fuerza. Pero cansada de tener mismos pensamientos. Quiero aterrizar en las piernas de alguien distinto. Meter la cabeza en un sitio donde no haya cosas ruinosas y malas. Quiero empezar tocando los pies. Quiero que cambies. Que mejores. Pero son decisiones que no puedes tomar tú. Decisiones que no dependen de ti, lo sé. Por eso quiero ayudarte. Quiero hacerte fuerte. Hacerte feliz. Te mereces mínimo eso después de todo. Pero cuando no dispones de medios. No puedes hacer nada. Te sientes impotente. Rendida. Quiero ser fuerte para afrontar esto contigo. Juntas. Siempre hemos estado juntas desde el minuto en el que me diste a luz. Pero a pesar de algunas lagunas. Distancias que podemos pintar de verde. El color de la esperanza. Unimos palabras. Unimos y rendimos homenajes. Quiero que estés conmigo. Quiero estar contigo. Sabes de sobra todo lo que siempre te he querido. Sabes de sobra que nunca he querido nada malo para ti. Ellos tampoco. Sabes por qué digo eso. Pero también sabes lo que quiero decir. No me entenderá nadie más. Mereces estas palabras. Son tuyas. Ámalas, quiérelas, hazlas tuyas. Pero no te metas de nuevo en tu caparazón. Sal. Quiero verte. Despertarme y que estés activa. No dormida. No de nuevo en tu cama pensando en no salir. No ver la luz del día. Muchas cosas difíciles y muchas más a las que nos tendremos que enfrentar pero una única verdad.
Quiero verte, olerte y quererte. SIEMPRE. Como te quiero.
Solo quiero saber si no empiezas de cero conmigo. Quiero saber que siempre seré tu pequeña y que nunca dudaste de mí. Necesidades vitales. No estás sola. Nunca lo has estado. Pero ahora menos que nunca. Eres útil. Importante. Muy importante. Todos te lo decimos. A veces no son las palabras. Si no las formas. Pero el mensaje es el mismo.
Te quiero.

1 comentario:

  1. Sab(í)a que hoy era el día en el que tus pupilas se fijaban en palabras que se convertían en frases. Tenía la necesidad de leerte. Esa necesidad perpetúa de la que hablas en tu texto. Paciencia y honorabilidad. No sumerjas tus negatividades en suplementos. No agotes los minutos junto a ella. Conozco esa forma de mirar y esa forma de pensar. Haz que ellas calen en ella.
    Gracia(s)
    siempre pendiente de tí.
    Anoni(M)o

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