28 de febrero de 2013

Una.




Viendo tu historia en otra vida parece más real. Hay algo en tu día a día que hace que el SOL deje de brillar por momentos. Momentos que comenzaron siendo pocos, pero que ahora abarcan minutos, horas, días… De repente. Un día, una mañana parece que todo cobra sentido. Tú estás sufriendo. Estás pasando por algo nada agradable para ti. Niña de pequeños sueños. Situaciones que acaban con esa sonrisa. Que hacen que los hilos que tiran de tus comisuras se rompan. Inexplicable. Días más tarde. Demasiado tarde quizá. Te enteras de algo parecido. Algo turbio y distinto. Lo mismo ha sucedido en otra persona. Otra vida, otra nacionalidad, otra familia, otro origen… pero MISMA historia, misma causa que denunciar. Misma cosa que contar. Qué te está contando. Es en ese instante cuando te das cuenta de que no es algo paranormal. Que no es algo raro. Ni algo que no pudiera suceder. Pero a la vez hace que pienses en que todos tus malos pensamientos. Tus malas sensaciones. Poco a poco comienzan a hacerse realidad. Esperanza y fuerza. Pero cansada de tener mismos pensamientos. Quiero aterrizar en las piernas de alguien distinto. Meter la cabeza en un sitio donde no haya cosas ruinosas y malas. Quiero empezar tocando los pies. Quiero que cambies. Que mejores. Pero son decisiones que no puedes tomar tú. Decisiones que no dependen de ti, lo sé. Por eso quiero ayudarte. Quiero hacerte fuerte. Hacerte feliz. Te mereces mínimo eso después de todo. Pero cuando no dispones de medios. No puedes hacer nada. Te sientes impotente. Rendida. Quiero ser fuerte para afrontar esto contigo. Juntas. Siempre hemos estado juntas desde el minuto en el que me diste a luz. Pero a pesar de algunas lagunas. Distancias que podemos pintar de verde. El color de la esperanza. Unimos palabras. Unimos y rendimos homenajes. Quiero que estés conmigo. Quiero estar contigo. Sabes de sobra todo lo que siempre te he querido. Sabes de sobra que nunca he querido nada malo para ti. Ellos tampoco. Sabes por qué digo eso. Pero también sabes lo que quiero decir. No me entenderá nadie más. Mereces estas palabras. Son tuyas. Ámalas, quiérelas, hazlas tuyas. Pero no te metas de nuevo en tu caparazón. Sal. Quiero verte. Despertarme y que estés activa. No dormida. No de nuevo en tu cama pensando en no salir. No ver la luz del día. Muchas cosas difíciles y muchas más a las que nos tendremos que enfrentar pero una única verdad.
Quiero verte, olerte y quererte. SIEMPRE. Como te quiero.
Solo quiero saber si no empiezas de cero conmigo. Quiero saber que siempre seré tu pequeña y que nunca dudaste de mí. Necesidades vitales. No estás sola. Nunca lo has estado. Pero ahora menos que nunca. Eres útil. Importante. Muy importante. Todos te lo decimos. A veces no son las palabras. Si no las formas. Pero el mensaje es el mismo.
Te quiero.

25 de febrero de 2013

Here.



Litros de alcohol. Aparecieron borrachos. Los cuerpos unidos por el sudor. El calor corporal envolvía el frío del ambiente. El termómetro marcaba tres grados bajo cero. Un nudo en la garganta despertó al mayor. Necesitaba tragar. Generar saliva. Le salvaba. Una luz le hizo levantar la cabeza. El sol deslumbraba con fuerza. Tirados en el césped. Brillaba. El hielo de la hierba calaba hasta los huesos. Se giró y la vio allí callada, sintiendo la brisa en la cara. Sin inmutarse. Estaba feliz. Dormida pero feliz. Las muecas de la cara lo desvelaban. Las horas anteriores al sueño han servido de algo, pensaba el muchacho. En ese momento solo pensaba en detener el tiempo. Quería poder quedarse allí con ella por siempre. Que nada le hiciera despegarse de ella. Como si de siameses se tratase. Había esperado demasiado tiempo. Ahora quería aprovecharlo. De una única forma. Con ella. Que le diera la luz. La oscuridad. El hambre. El sueño...
Se despertó ella. Su primera imagen fueron los ojos de él. Esos ojos redondos color miel penetrando en ella. Se miraron y se dieron la vida. Fundidos en un abrazo comenzaron a recordar la noche anterior. El olor a alcohol de quemar. El olor a tabaco. Y el olor de sus perfumes se fundían creando un ambiente inexplicable para ellos. Las colillas amontonadas al lado. Lo siguiente fue levantarse. Se miraron y decidieron qué hacer. Querían ver algo distinto.  Pero entre carcajadas volvieron a mirarse. Ulteriormente se movieron dos metros más a la izquierda. Habían conseguido ver otra cosa. Habían conseguido su propósito.  En ese momento su perspectiva era distinta. Pero los sentimientos seguían siendo los mismos. Después de esto, ella le metió la cabeza debajo del jersey. Él la cogió en brazos. Ella le hizo cosquillas. Él le cantó su canción preferida al oído. Al girar. Al girar volvió a suceder. Se besaron.
Y así pudieron estar horas.
Pero como todo lo bueno siempre termina tuvieron que abandonar su nido.
Volaron cada uno a su lugar. Pero siempre. Siempre que puedan volverán a hacer lo mismo. Solo les da igual una cosa. No era una despedida. A él se le notaba el miedo en los ojos. El miedo a perderla. Ambos temblaban. El preguntaba. Ella Le contestaba entre miles de escalofríos.
+ ¿Dónde?
- “Nos da igual donde“
+ ¿Cómo?
- “Igual que hoy, pero mejor que mañana“
+ ¿Qué?
- “Nos querremos”
+ ¿Quién?
- “Tú  y yo“
+ ¿Cuando?
- “Siempre que podamos“

Recuerda:
Siempre que podáis tú y él os querréis. No importa donde, eso sí, os querréis  igual que hoy pero siempre mejor que mañana.

24 de febrero de 2013

Juegos.




Pasarás días excelentes con él, te comprará cosas, te hablará con amor, habrá sexo apasionado...Pero nunca dejarás de ser la otra... si sois descubiertos... en ti, y sólo en ti, quedará el cargo de conciencia de saber que has destruido una relación de tanto tiempo, y que habrás dejado un daño irreparable...te sentirás juzgada ante la sociedad por los pocos valores que has demostrado tener... pero sobre todo te habrás fallado a ti misma porque no supiste darte tu lugar ni valorarte. Pero eso para quien quiera valorarse. Hay personas que se sienten inferiores, que tienen un complejo tan grande que a lo mejor ser la "otra" les alivia en cierto modo…
después de esto... tarde o temprano la vida te lo cobrará... Ahora dime...
Juegas o pierdes. 

20 de febrero de 2013

Jualengas.


Entran en el autobús. Al parecer por separado. Nadie sabía que ellos los sabían. Nadie era consciente de que se conocían. Más de lo que estás pensando. Cogen al vuelo las miradas, sonrisas. Unos hilos invisibles tiran de las comisuras. De los dos. Ambos. Él Guiña el ojo. Ella saca la lengua. Que poco decoro. Piensan algunos. Pero de la nada. Como te vas a quedar tú. Sin halas. Sin nada. Ella se levanta. Él se acerca. Ambos se funden en un emotivo abrazo. Ella está cortada y él lo sabe. Pero aun así, hay espacio para un tercero. El cariño. Dos pistoleros lentos. Flechas de amor. Satanás no entra. Espacio restringido. Durante el trayecto él la agarra. En las curvas hace fuerza para que con su brazo colocado de una forma incómoda pueda abarcar su cuerpo y sujetarla. Con fuerza. Arañan los minutos que quedan. Al final del trayecto miradas, abrazos, besos, acaban... Cada uno sabe lo que toca. Él izquierda. Ella derecha. Todo con un pero. Pero...; pero...
Por si nos sale mal, pero no intentamos nada. Vamos a salir. Las cosas a su ritmo. PERO salgamos. Con FUERZA.
Ya, pero mejor prevenir que curar.
Para que luego digan que en el transporte público no pasa nada. Pero sin embargo pasa. Ella está contenta, él también, pero nunca más serán dos. Dos extraños jugando a quererse.
Apunta esta. Es buena.

19 de febrero de 2013

Idealista.



                       Sale del metro. En el andén ya está. Arriba un letrero le indica que ha llegado a su destino. SOL.  En frente un maravilloso banco de metal. Fresco y deseando que alguien pose su trasero en él. De repente, parece que se da cuenta de lo que el banco está pensando. ¿Pero cómo? Un banco no habla, y menos podrás entender lo que dice. Pero sin saber cómo, se acerca y se sienta. Decide no subir las escaleras mecánicas y salir a la calle. La opción elegida es la de reposar unos minutos en ese banco. Todo marcha bien. Parece que su dolor abdominal comienza a aumentar. Todo se tuerce. Un letrero luminoso advierte de que en 2 min el tren “efectuará su entrada en la estación“. Lo mira, se levanta para irse... Pero una fuerza inerte le hace que se vuelva a sentar. No entiende nada, pero el dolor cada vez es más fuerte y parece que es mejor sentarse. Ya está. El tren acaba de efectuar su entrada en la estación. La gente baja. Libre albedrío para todos. Pero una persona se queda patidifusa en el andén. Ese mismo andén de la línea 2, de color rojo pasión. Decide reposar. Es chico, de altura media, con vaqueros, vans, unas dilataciones que no dejan ver sus hermosas orejas y un tatuaje colorido en el brazo. Lleva consigo una cámara de fotos y un reproductor mp3.  La chica sentada en el banco con el café de la mano, su libro de Leopoldo Abadía y su bolso de Loewe. Ambos desconocidos. Ya están los dos juntos, ella le mira y él le sigue la mirada. Son esos ojos color cielo los que no dejan al chico apartar la mirada a otro lado. Parece que poco a poco el dolor de la chica comienza a remitir. Ese dolor abdominal que poco a poco comenzaba a subir hacia la izquierda de su cuerpo. No entiende por qué. Tampoco entiende esa estúpida sonrisa que en su cara se refleja. Pero sin dejar de mirarse parece que se están contando una vida de aventuras y deseos. Han transcurrido dos horas y miles de personas han pasado por su lado. Ellos ni se han inmutado. Siguen de la misma forma que cuando se encontraron. Él tiene que irse. Se va. Ella cambia el rostro y a los 10 minutos se levanta. Va a irse. Algo suena. Roza el suelo y hace un ligero pero sonoro ruido. La chica se agacha. Es la tapa de un bote. La coge, la mira y detrás ve un número de teléfono. No se va con las manos vacías. Entiende que el chico no ha pasado por ahí de casualidad... Algún día contaré el final. Qué pasó. Quedaron o no. Se llamaron o no. ¿Se llegaron a conocer? ¿A cruzar palabra...?
No sé. Lo que sé es que cualquier oportunidad es buena para encontrar el verdadero amor

18 de febrero de 2013

A mí manera.



Quiero romper las reglas. No somos conscientes de lo mucho que nos pueden ayudar los errores. Las decepciones. Las amistades peligrosas. No aprendemos a darnos cuenta de lo que nos puede aportar las infidelidades, ni todo lo que podemos aprender con no conseguir lo que queremos. No te aferres a la traición, al no perdonar. Da las gracias a quien te falla, te daña o te deja de querer. Perdona rápido, y enséñales lo mucho que te aportan con su adiós. Mira hacia delante, besa lento a quien merece tus besos, no te aceleres, los botes pequeños, las dosis enanas aportan el doble siendo la mitad. Si a quien besas le amas, ámale de verdad, demuestra riéndote sin control lo mucho que te aporta esa persona. No dejes de dedicarte en cuerpo y alma a esas personas a quien quieres. Pero no dejes de decirle a alguien lo mucho que le amas. Amor de verdad. Nada de mentiras. Ser consciente de lo mucho que varía la vida. La inestabilidad de todo lo que puede pasar. De que hay muchos cambios en la rutina. Romper con el día a día. Pero jamás, repito, jamás dejes de sonreír por muy pequeño que sea el motivo. Puede ser extraño, inexistente, soñador, pero siempre será una excusa. Un motivo para reír, sonreír y disfrutar de las pequeñas dosis que te aporta la vida.
“Puede que la vida no sea la fiesta que esperábamos, pero mientras estemos aquí, BAILEMOS”.

14 de febrero de 2013

Convivimos.



"Durante nuestra vida convivimos, muchas veces con sensaciones, sin quererlas o desearlas, pero también con otras que no valoramos en la medida que se merecen.
Convivimos con: la angustia, el dolor, la duda, la soledad, la ansiedad, la mentira, el temor, el rechazo, el desprecio, la venganza (la propia y la ajena), con el silencio, con el mal, con el rencor, con la rutina, con los desencantos, con los prejuicios, con la falta de humildad, con la ausencia de valores y principios, con la crítica nuestra y la de ellos, con la ingratitud, con soberbia de los inútiles que no pueden amar, con la incomprensión, con la inseguridad, con la falta de ilusión, con el conformismo, con el odio, con el olvido, con la pérdida, con la falta de libertad, con el pasado sin resolver, con la indiferencia, con los malos pensamientos, sin el perdón, con la envidia del otro y la de uno, con la falta de Fe, sin un rumbo a seguir, con la impaciencia, con el mal humor de uno y el de los demás, con la impotencia de no poder, con el aburrimiento, con la palabra demás...

Pero, siempre hay un pero, también convivimos, con el humor, con la alegría, con la risa de uno y la de los demás, con los colores que nos traen paz y armonía, con el sol que nos da energía, con la lluvia que no nos molesta, con las caminatas por la tarde, con las sorpresas agradables, con las primeras brisas de primavera y con cada una de las estaciones del año que nos enseñan entre otras cosas, no todo es frío o calor, con la posibilidad de conocer la felicidad, de dar amor y de ser correspondido, con la búsqueda de la verdad, con la imaginación, con el bien, con un futuro mejor construido por uno, con el cariño, con el amor, con los afectos, con los abrazos, con las caricias, con la amistad, con charlas placenteras con amigos, con el compañerismo, con la lealtad, con la Fe, con proyectos posibles e imposibles, con las distintas manifestaciones del arte, con la lectura, la música que nos transporta a lugares que uno solo conoce, con fragancias y perfumes que nos dan lugar al placer, con los recuerdos nostálgicos, y con el otro...

Uno, siempre uno, será el que finalmente decida con qué quiere convivir..."

13 de febrero de 2013

Siempre estás.



Cuando tenía 10 años oía a mi padre o a mi madre hablar de la muerte de algún amigo, conocido o familiar, lo veía en la televisión, era algo que pasaba cada día. En esos momentos yo ajena a todo pensaba que eso a mí nunca me pasaría.
Poco a poco fui creciendo, me iba haciendo mayor y la muerte empezaba a formar parte de mi vida. Amigos de conocidos, familiares de amigos cercanos… la edad y las enfermedades eran la causa de estas pérdidas. Veía las lágrimas de las personas que dejaban de tener a esas personas a su lado, e intentaba animarlas cuando podía o corría de mi mano. Entonces con el paso de los años me fui dando cuenta, mi mente asumió, que la muerte algún día me tocaría muy de cerca. Ya no solo que yo podía morir, que es algo a lo que no tengo miedo, si no el poder perder a alguien cercano, a alguien a quien yo quisiera con todo mi corazón. Ese, precisamente ese, es el motivo por el que la muerte me aterraba, no la posibilidad de decir adiós a este mundo, si no ver como otra persona querida me decía adiós. Y así fue, por desgracia el 13 de febrero del 2008, la muerte llamó a mi puerta de una manera brusca y desarmada. Llamó a mi puerta sin avisar, y no me vino a buscar a mí, sino a ti. No entendía porque a ti. En esos momentos se me pasa por la cabeza un pensamiento egoísta, pensaba que había miles de personas en la tierra ¿por qué te tenías que ir tú? ¿Por qué querían dejarme sin tu cariño? Nosotros no nos hacíamos a la idea, y digo nosotros, porque aquella noche fue la más larga de mi vida. Tú allí en aquella caja de madera de pino, y yo de pie frente a ti, junto a la persona que había compartido contigo los mejores momentos de su vida. Él también estaba lleno de dudas, miles de preguntas le asomaban por la cabeza. Nos separaba un ligero y brillante cristal, por el cual no solo podía verte a ti, si no que veía mi reflejo. Veía las lágrimas que a montones salían de mis ojos y recorrían mi cuerpo. No me daba tiempo a pararlas, recorrían a toda prisa mi cuerpo y eran tantas que por más que las limpiara seguía mi cara mojada.
Hoy, cinco años más tarde, vuelvo a estar delante de tu foto, viendo y sufriendo por aquel maldito día que decidieron arrebatarte de mi lado. No he podido ir a verte, todos los años desde tu partida he ido a visitarte a llevarte flores y a decirte otra vez lo mucho que te quiero. Y hoy me siento mal, porque no he ido, no he podido ir a verte, a decirte todo lo que ya sabes porque te lo digo día tras día. Estoy encima de la cama, mirando tu fotografía, esa en la que con él, con el amor de tu vida salís sonriendo. Es mi foto preferida. Vuestras maravillosas bodas de oro. La guardo como si fuera la foto de mi propio amor. Sois y seréis siempre un reflejo para mí, dos guías que me llevan por el buen camino y que gracias a ellos me doy cuenta de que tengo que hacer caso a las buenas personas e ignorar a aquellos que solamente quieren hacerme daño. Él está aquí conmigo, está aquí sonriendo aunque por la fecha de hoy asustado, melancólico pero como todas y cada una de las personas, que te queríamos y que tu marcha nos dolió. 
Sin más te diré que he aprendido a vivir el día a día y que gracias a ti todos los días son un poquito más agradables y que gracias a ti y al recuerdo que me has dejado, cada día soy capaz de soltar una sonrisa, aunque sea el peor día de mi vida. 
Te quise, te quiero y te querré siempre. 

Tu nieta. 

12 de febrero de 2013

Ley de Vida.



Ahora, si, el día aquel que nos conocimos, mi vida era una constante revolución de cambios, y sentimientos encontrados, trato de vivir día a día, como si fuese el último de mi vida. Pensando en eso no pude evitar que una lagrima furtiva, se escurriera por mi rostro, ya ves siempre termino llorando .Suspire, tratando de reponer el aire que faltaba en mi garganta hecha un nudo.
Sube alto, muy alto. Sin pensar en la caída. Sube hasta las nubes, diviértete. Observa como cada casa se va convirtiendo cada vez más pequeña hasta parecer una hormiga. Juega con las nubes, como si fueran de algodón. Pero te das cuenta en un momento que no puedes subir más, pero te tienden una mano, y él te ayuda a subir más alto. Sigue subiendo hasta el cielo y alcanza las estrellas. Disfruta e intenta subir más, lo más que puedas. Recoge todas las estrellas que puedas, como si fueran flores, y guárdalas. Vuela y sonríe, presumiendo de hasta dónde has podido subir, y sube más y más. Todo lo que puedas. Todo lo que te permita el. Sigue recogiendo estrellas y guárdalas en un bote. Tú sigues subiendo hasta que todo termina. Se ve todo negro, el universo. No se ve nada, solo las estrellas de tu bote y a él. A él le ves perfectamente, ves su sonrisa y sus ojos brillantes de emoción. Pero de repente desaparece, y tú sientes que empiezas a caer. Y cada vez caes más deprisa, y ya puedes ver todo de nuevo, pero bajas demasiado rápido, sientes esa sensación en el estómago como cuando un avión despega. Miles de recuerdos aparecen. Sigues cayendo hasta que ves que pierdes demasiada altura, que ya has pasado por las nubes y estas apunto de golpearte contra el suelo. Y te golpeas. Lo has perdido todo. A él. A la altura. Pero espera, te queda todavía ese bote de estrellas que guardabas en el bolsillo. Lo vas a coger, pero con la caída, el bote se ha roto y las estrellas ya no están ahí. Ya no tienes nada. La caída ha sido muy dolorosa, pero solo queda esperar a otra mano que te ayude a levantarte y te vuelva a ayudar a subir. Pero a ti, después de lo que ha pasado, te da miedo subir. Después- Piensas que ha merecido la pena, los recuerdos nadie te los quita-. Y podrás volver a subir miles de veces más, cada vez con un bote más resistente, para que cuando caigas de nuevo, las estrellas no se escapen. Probarás hasta que consigas un bote irrompible, un bote seguro y estable, en el que las estrellas se queden para siempre, iluminando la magia que sientes, recordando la inocencia y la ilusión de tu primera subida, la situación en la que estabas. Y cuando encuentre ese bote, nunca más caeré, nunca más me daré un golpe fuerte contra el suelo. Simplemente me quedaré en el universo, con las dos únicas cosas que necesito. 
Ahora mismo, te abrazaría con todas mis fuerzas y no te soltaría más, hasta que repongas las tuyas, y me regales a cambio una sonrisa.

11 de febrero de 2013

OUT.


Un túnel oscuro. Ahí te encuentras. Frío, difícil de recorrer, muy aterrador. Pasan los días. Caminas, tu Caminas. Nada cambia. NO pasa nada. Nada bueno. Una lástima gritar siempre que sean felices. Lema que siempre te caracterizó y no poder predicar con el ejemplo. Días malos. Días que fracasan. No tienes aliento ni en los sueños. No sabes cómo hacerlo. SMILE, SONRÍE... busca seguridad. Ganas de hacer algo. De arrancar. No permanezcas más ante el semáforo. Arranca. Cuando te mareas miras a un punto fijo. Ahora también. Hoy, dos puntos había en tu cabeza. Ambos destruidos. Caídos por el precipicio. El corazón tiene grietas y la cabeza está en tinieblas. Eso te produce inseguridad. 
Éxtasis, no éxtasis. Luz, oscuridad. Valentía. Errores y aciertos... No te desilusiones con algo que no es real. Ilusiónate con lo que es real. Es malo pero REAL. Lo bueno IRREAL. Lo que no quieres consigues y lo que deseas no alcanzas. No sigas suspirando por algo que no es cierto. No permanezcas haciendo eco de la Incertidumbre. Horrores. Enfréntate al poder de decisión. Arriésgate a conquistar la torre más alta de su cuerpo. No te hagas pequeña. Súbete a tus tacones, quítate el maquillaje. Natural, sé tú. Preparada. Lista. YA. En ese momento, entonces, será cuando estés preparada para enfrentarte a los miedos. TUS miedos. 
Una de las cosas ya no tiene sentido. No gastes fuerzas en ello. Lucha por lo otro. Realmente no estás convencida. Crees que no tienes posibilidades de ganar. Pero SI de cambio. Esto será un paso para empujarte a la victoria. O a la derrota. Pero ambas soluciones cambiarán. Provocarán cambio. Cambiarán todo, MUCHO. Mucho en TÍ. 
Díselo. Comételo a besos. Ya recuerdo. No quieres que te quieran. Solo quieres que te abracen. ¿Por qué? Porque no crees que te puedan querer. Jamás piensas ser tú. Tú la elegida. SU elegida. Anda ya. Corre. Camina. Salta. Grita. Baila. 
Espero que florezca algo en su corazón. <3
No quiero perder más el tiempo...

10 de febrero de 2013

Cosmovisiones.



                Sensaciones diversas. Es extraño. Perderse. Tomar el camino de la vida. Un día te das cuenta de que tienes muchos caminos por los que tirar. Más o menos divertidos. Ninguno sencillo. Pero lo complicado me gusta demasiado. Si tienes que guiar tu vida hacía uno de los lados, todo parece derrumbarse. En cualquier situación diría siempre a la derecha. Pero no puedo dejar mi vida al azar. Tengo un cúmulo de ideas. Sensaciones. Sentimientos. Nadie es capaz de comprenderme. Nadie sabe apenas nada de lo que estoy sintiendo. Me miras, te miro. Pero no nos fundimos. Cada uno tiene su camino. No sé cuál has elegido, pero sé cuál quiero elegir yo. Tienes claro lo que quieres. O eso parece. Pero yo aunque lo tenga claro, ninguno de los senderos que elija me llevarán donde realmente quiero. Somos extraños. No jugamos a nada. Simplemente vivimos la vida. Corro el riesgo, o no lo corro. Dice un famoso dibujo animado que “los riesgos hacen la vida”, pero no sé qué dispuesta estoy a perder todo. No todo lo que crees. Pero hay cosas superfluas que cuestan que entendáis. Verte. No verte. Pero nunca sentirte. No haber ganado nunca. No haber ganado nunca por mi culpa. Tuve oportunidad y la rechacé. Ahora. Ahora no sé ni siquiera quien soy. Ando perdida. Quiero realmente situarme en el punto donde todo queda claro. Donde no estoy sola. Donde estás . Vidas paralelas. Por mi lado pasas. Pero nunca te quedas. Las victorias. Las pocas victorias nunca pasaron por mi lado. Se dejaron ver a lo lejos y poco a poco se olvidaron…
No quiero ser otra vez la tonta. No quiero ser otra vez la otra. Quiero tener algo. Quiero un proyecto. Sensaciones. Alegrías. Tristezas y discusiones. Piensa en mí. Pienso en ti. Lo sabes. No, no lo sabes. Ese es el quid de la cuestión. 

Pasiones.



Otro de mis vicios. Estar sola, metida en mi pequeño mundo. Disfrutar de mis subidas y mis bajadas. En mi casa, sin nadie, solo yo. Hoy toca ver que nos propone el gran genio Leopoldo Abadía para salir de la crisis. 




7 de febrero de 2013

Autoestima.

Tener un bajo concepto de uno mismo tiene algo muy importante, y es la sensación de impotencia… ¿qué es eso?, no ser capaz de lograr lo que te propones. Del miedo a los iguales, a pensar que de alguna u otra forma son superiores a ti. No te ves cómo alguien lo suficientemente especial para ser querida o valorada. Pero realmente la gente que sufre esto ¿no es digna de amor y aprecio como los demás? Nunca entenderé que porque se puede pensar esto. Tienes lo mismo que los demás, aprovéchalo.
Cuando eras pequeña eras lista, audaz, ATREVIDA… curiosa. Aprendiste a montar en bicicleta, a patinar después de muchas caídas y moretones. Claro, llorabas, pero de ninguna forma pensabas acerca de si eras más tonta o algo así ¿verdad? Simplemente te levantabas y seguías intentándolo. Nunca asociaste tu valor personal al que te cayeras y tropezaras. Simplemente seguías intentándolo por inercia, como algo instintivo y natural.
Eras feliz, no importando las cosas superficiales. Nunca pensabas en ti en términos de valía. Simplemente disfrutabas cada momento, jugabas, reías, llorabas, preguntabas…Te perdías en la vida. Jamás te pasaba por la mente pensar en abstracciones acerca de tu valor. El bombardeo para crearte una baja auto-valoración, surge por una necesidad temprana de tus padres de controlarte. Eres tan libre, segura de ti, inquieta, que creas molestias.
Entonces, es cuando comienzas a crear mentalmente una baja imagen acerca de ti. Y descubres que si haces lo que tus padres y compañeros te dicen… tendrás la etiqueta de niña buena, bien portada y decente… Pero no piensas en ti. En si eso es lo que realmente quieres. Cuando te das cuenta es tarde, porque ya has comenzado a decir lo que los demás quieren oír, a actuar con miedo, a no saber si tus palabras serán aprobadas o no y por ello empiezas a medir lo que dices. No dices nunca, o pocas veces dices lo que realmente quieres tú. Lo que realmente ves, deseas incluso piensas.
Y si tú como joven, sientes que fracasas mucho… El éxito es un fracaso de una cuantía mayor.
El fracaso se asusta y huye, ante la persistencia…
Bueno… a estas alturas ya habrás comprendido que tú por naturaleza deberías tener un sano concepto de ti misma… es más, ni siquiera el concepto debería estar en tu mente.
Deberías estar perdida viviendo, tanto, para no darle tiempo a tu mente para pensar en eso…
Las palabras se las lleva el viento...
Lo mismo cuando se trata de volver a creer en ti. Es como cuando te dicen “ya no lo pienses mucho ¡hazlo!”. Lo primero en que tienes que concentrarte es en actuar. Actuar como tú lo sientas y tú quieras ser.

6 de febrero de 2013

YO.


"Yo elegí quererte y todas las consecuencias que ello conllevaba, elegí que tu fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, elegí que me comieras a besos, elegí también tu voz al otro lado del teléfono. Elegí llorar por ti de vez en cuando, elegí creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras. Elegí que no quería otros abrazos, ni otras manos deambulando por mi pelo. Elegí que tú fueras mi locura y mi cordura. Elegí las idas y venidas, las despedidas, elegí la impotencia y la incertidumbre". Elegí el miedo a fallar y los impulsos, elegí las miradas, elegí temblar, elegí hacerme adicta a ti, a tus manías y a tu manera de hacer las cosas. Elegí conservar intacto cada momento, y dejar huella. Elegí no callarme nada, elegí dártelo todo, elegí hablar de nosotros cuando hablaba de mí, elegí ser fuerte y luchar por un solo motivo, elegí darte todas mis oportunidades, elegí que tú fueses mi vida, para siempre. Elegí no poner límites. Elegí arriesgar y jugármela por ti.
Todo esto es lo que yo elegí ahora me doy cuenta QUE LA CAGUE!
Si quieres ser feliz , aprende a desprender felicidad y si quieres que te quiera, aprende tú a quererme. Estoy cansada de ser tan ilusa llegó la hora de la verdad... Llegó la hora de nuestra despedida..
Me ha encantado formar parte de tu vida… Aunque ni siquiera esté segura de haber formado parte de ella...

5 de febrero de 2013

¿Cómo?


¿Han sido tus besos, tus labios, tu risa? ¿O la forma en la que me miras, me tocas y me hablas? A lo mejor han sido tus comentarios indecentes, tu forma de decir las cosas, la chulería que tienes encima, tus mensajes, lo que me cuentan de ti, lo que dices aunque no esté delante, la forma en la que me tomas el pelo y luego te ríes por mi inocencia, tu apariencia de chico malo que me vuelve loca o tu cuerpo alejándose en la noche de la que jamás pensaría que no me iba a olvidar… no lo sé. Pero tampoco sabía cómo olía el olvido, y me ahora que lo he aprendido sé que huele a rosas. Lástima que no lo he hecho antes. <3

¿Dispuesto a todo?


¿Qué tan dispuestos estamos a sufrir por alguien? ¿Cuál es el límite? La respuesta es personal e intransferible. La egoísta sensación de merecer que surge por el hecho de dar, no es siempre egoísmo o utilitaria generosidad, sino auténtica dignidad. Cuando damos lo mejor de nosotros mismos, cuando decidimos compartir nuestra vida en intimidad, cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos nuestra alma hasta el último rincón, cuando perdemos toda vergüenza, cuando los secretos dejan de serlo, al menos merecemos comprensión, existe merecimiento. Y si no existe, debería existir, debería haber un reconocimiento que alguna vez todos merecemos.
Que se menosprecie, ignore, olvide o desconozca fríamente el amor que regalamos a manos ajenas, eso no debemos consentirlo. Tienes que coger las riendas del caballo de tu vida, saltar ante los obstáculos y derribar todas las barreras que te impidan ser tú en la vida. Y que no te dejen demostrar lo que eres.
Cuando pensamos en alguien, que nos gusta, pero que no puede correspondernos y vemos que desprecia nuestro amor, es hora de plantearse si estamos en el lugar adecuado. O en el equivocado. Pero si no sabes que piensa, pregúntaselo. ¿Tienes miedo? Pues enfréntate a él. Los miedos no valen nada en esta vida, solo para impedirte disfrutar de ella.
Definitivamente, si luego no te sientes bien por las respuestas, entonces, coges y te vas. En cualquier relación de pareja que tengas, no te merece quien no te ame, y menos aún, quien te lastime. Y a más de 200 kilómetros de aquí, no sé si es quererte…
Si alguien te hiere reiteradamente sin “mala intención” – este absurdo existe - es posible que te merezca, pero en verdad no te conviene. A veces debes separar lo que quieres de lo que te conviene. No se ha fijado en ti en tantos días, que iba a cambiar para que fuese ahora.
Defínete, define tus deseos, tus límites y así podrás conservar tu esencia. Recuerda que la esencia no es nada sin él es. Tú quieres que eso sea esencial y por ello que sea. Que exista…
¡sueños de papel!

4 de febrero de 2013

DroJa.


        

    Hay veces que lo único que podemos hacer es obligarnos a no seguir creyendo en esas cosas que nos hacen felices. Los factores que producen la felicidad pueden llegar a crear dependencia, y a veces más fuerte que la mismísima heroína. Así que una de dos: Pasas el mono, o sigues enganchada rogando cada día a ese “factor” que nunca se vaya de tú lado. Porque en el momento que desaparezca, estás perdida.


Adiós.

Todo ha cambiado, he conseguido olvidar todo aquello que fue especial. Todo ha sido olvidado por un adiós inmenso que es recuerdo de un pasado muy extraordinario.
Todo lo que viví en esos intensos días ha ido desaparecido como si todo fuese un sueño, del cual acabo de despertar. Y siento que todo lo vivido ha sido fruto de mis sentimientos, ayudado por la imaginación de mi corazón.


3 de febrero de 2013

Mírame.

Como se nota que la vida pasa, las etapas se acaban, el dolor se muestra. Como se nota que la vida pasa, nuevas oportunidades se presentan y la sonrisa vuelve de nuevo a iluminar lo que se apagó con dolor. Como se nota que la vida pasa, las personas pasan, los sentimientos pasan, las alegrías pasan, pero las tristezas también lo hacen. Como se nota que la vida pasa, por la soledad se pasa, las perdidas pasan, los coches pasan, los caminos se acaban. Como se nota que la vida pasa, los días pasan, las estrellas fugaces pasan, y se van... Como se nota que la vida pasa y solo las duras experiencias se quedan, para formar parte del aprendizaje de tu vida. 
Tú no ibas a ir contra la ley vida. Tú también has pasado y también te has ido... Pero supongo que eso era algo evidente que por alguna razón tenía que ''pasar''. Lo único increíble, es que fuimos tan ignorantes de creerlo impredecible.
Los saludos llegan, y las despedidas se van.
Y aunque me duela, ha llegado el momento, de decidir si seguir esperándote o empezar mi vida sin ti, sabiendo que no vas a estar nunca, y sabiendo que las ilusiones de tenerte vienen y se van.

atiné mejor la puntería aquella vez, pero ahora que soy la misma que era antes de ayer, cuando te quería.
Ya no te quiero. Me doy la vuelta y te veo disipándote entre la niebla en el horizonte. Nunca olvidaré momentos pero lo que sé es que no volveré a soñar con esa sonrisa.
Mírame, yo si sigo siendo la misma que era ¿Y tú? 

A penas nada.


¿Qué me esta pasando? No tengo palabras con que formular una respuesta. Dicen que nunca es tarde, pero ¿para que? No tengo nada que decir, solo quiero hacer de nosotros algo importante. Algo de lo que poder verdaderamente hablar. Te espero todas las noches en mis sueños. A duermevela. No se apenas nada. ¿De quien? De todo, incluso de mi misma, de mi propia vida. Quiero llenar mi cabeza de recuerdos, quiero no volver a sufrir, quiero tener algo, algo de lo que hablar, algo repito importante que poder decirte. Llevarte a los bares más oscuros, fumarnos la ciudad, bebernos tú y yo el mundo, esquivar la soledad. Quiero dormir en los portales. Mejor, quiero dormir en cualquier sitio donde nadie pueda entrar. Estar solos. Tu pensando en mi, y yo pensando en ti. Ser un solo cuerpo rozándose al unísono, remando en una misma dirección. Con proyectos comunes que guíen nuestros pasos. Con objetivos concretos, pero sobre todo con objetivos para los dos. Quiero que seamos solo uno. No podría explicar de otra forma mis palabras. Peticiones que quizá en algún momento se cumplirán.
¿Quieres?
Esperanzas pequeñas, ilusiones grandes.
Que yo duerma contigo… que tú no duermas solo. 

2 de febrero de 2013

ByBy.


…. Llevas años sin decir nada. Quizá porque en tu día a día no viviste nada de lo que hubieras decidido escribir. Un pañuelo en los ojos te impedía ver que por aquello que dabas tus horas frente al cuaderno o el ordenador, no era digno de pertenecer a tu “pequeño diario”. Te dedicabas a plasmar palabras en las que quedaba claro lo que sentías hacía ciertas personas, en concreto hacía una. Pero maduras y te das cuenta, aprendes, que quizá hay cosas que merezcan más la pena, que sean mejores para plasmarlas en palabras que dos corazones cuyos cuerpos unidos no aportan más que una vagina y un pene.  Toda la vida estamos dispuestos a dar muchas cosas por otra persona del sexo “opuesto”, pero nunca decidimos mirar más allá. Cuando abres bien los ojos y alzas la barbilla te centras en mirar otros aspectos, en intentar ver más allá del horizonte. Es entonces cuando te darás cuenta de que la mayoría de las veces el estado de éxtasis y la sonrisa que se dibuja en tu cara tienen que ver con otras cosas que no llevan implícitos aparatos reproductores. Que mires donde mires, tu vida merece un alago. Que tienes millones de cosas buenas. Que en tu vida hay personas más importantes que aquella que decidió abandonarte, tirarte por la borda y dejarte en el olvido. En su olvido. Eres lo mismo que nada con un significado menor que el de un cero a la izquierda. Piénsalo y después existirás. Podrás existir fuera de ese amor traicionero, que no te jugó malas pasadas si no que fue, es y será la maldad personificada. Una familia, magníficos amigos y buenos compañeros son el mejor remedio para los días tristes. En fin. Son el remedio. Para toda una VIDA. Vive tu vida como quieras, pero deja que viva la mía a mi manera. Pensando en ellos, cargándome tus recuerdos y diciéndome día a día, una y otra vez, que la distancia hace el olvido. Que tú allí y yo aquí. Que tú no sé si serás feliz pero que yo sea capaz de gritarte que amo esta vida, que tú no estás en ella y que cada día es el mejor de esta vida. De MI VIDA. 

LosBuenos.



Las ganas de inventarme algo nuevo, algo que no se tenga que pagar. No quiero pensar, quiero que la razón me diga directamente “salta” y encontrarme con eso, eso que solo yo sé que quiero tener. La felicidad no consiste en tener, pero hay cosas que sabes que nunca volverán. He seguido los pasos de aquellas personas que ya se fueron. De esa, mi mayor ayuda, mi persona, mi grandAMIGA. Todos los días cuando me encuentro con un problema pienso como te enfrentarías tú a él. Pero eso duele demasiado. 
Si algo echo de menos es a todas esas personas que me decían hay envidia en su mirada, no en la mirada no, son personas malas que se cruzan en tu camino y cuyo único objetivo es arrebatarte aquello que te hace feliz. No se darán cuenta nunca de que por mucho que me quiten lo que quiero, siempre habrá algo que no me podrán quitar, y son las ganas de reír. No te atrevas a decirles que es lo que te hace feliz, grítalo a los cuatro vientos, y cuando creas que te lo intentan arrebatar plántate delante de ellos y diles. Jamás sentirás lo que siento yo, porque las almas malas, no podrán sentir lo que sienten las buenas. 
Ajá, quien ríe el último.
MUCHO MEJOR. 

Equilibrio.


              Tal vez tenga la virtud de hacerlo, de poder cambiar de un estado de ánimo a otro completamente diferente, teniendo en cuenta su presencia, y sin motivo alguno, o simplemente por el tiempo, o por la confianza adquirida a lo largo de lo meses. Y seguiré riendo, llorando, encontrando excusas fáciles, o mis más propias confusiones, pero sin lugar a duda, siempre habrá una única forma de calmarme y sentirme bien, y eso me basta… tal vez no sea la mejor solución, tal vez agarrarme a un clavo ardiendo no es lo que debería hacer, si no más bien tirar, cambiar, respirar aire fresco. Dicen que un clavo saca a otro clavo, pero en mi caso creo que otro clavo clava más al primero y éste hace el doble de daño que el anterior y así sucesivamente. Dicen que no superas tu adicción hasta que tocas fondo, pero ¿cómo sabes que lo has tocado? Porque por mucho que algo te duela, a veces dejarlo duele aún más. Y ya no solo dejarlo, si no intentar pasar de ello, intentar no mirarle, no querer tocarle, no querer que te hable. Pero ¿y si pasa todo lo contrario?, que deseas hacer todo lo anterior, pero a la vez crees que ya se ha agotado tu paciencia, que ya has tocado fondo. Es una contradicción, es querer y no poder. La historia se repite una y otra vez. Pero además la pena no es que se repita si no que se repite con los mismos protagonistas. El y ella. Dos personas a la vista imposibles de quererse, imposible de creer que puedan llegar a algo, ¿imposible para quién? Tal vez muchas veces lo que sucede no es por culpa de ninguno de ellos, sino que hay gente capaz de entrometerse en medio de las personas para intentar destrozarlas. No creo que eso sea justo. Pero si es así es porque alguno de los dos lo consiente, por lo tanto el que lo consiente está feliz y el que no tiene ni idea de lo que pasa, y cada día cree que va a ser ese el día que cambiará su vida se da el batacazo. Justo, injusto, si, no… son simplemente palabras y si algo tengo claro es que las cosas no se basan en promesas y deseos que cumplir, no se basan solo en palabras si no que son mucho más que eso.. Son hechos. Para este año espero que a todos se nos cumplan los deseos que tengamos. Yo quiero seguir rodeada de la gente a la que quiero, de esas personas que si son capaces de hacerme reír. Y a aquellas personas que seáis cobardes, os diré que tiréis para adelante con un par de cojones.







Positividad.


                         Busca lo que realmente quieres y consíguelo, por más que te cueste, no te rindas. Que para llegar al triunfo hay que aguantar muchas derrotas, las cosas no llegan así por las buenas, hay que luchar por ellas. Hay que encontrar la positividad y buscar el lado bueno de las cosas, aunque haya veces que no lo tenga, pero todas las veces que sí, búscalo, encuéntralo y piensa en la parte buena, deja la mala a un lado. Inténtalo al menos, que no te pese luego en la conciencia que estas mal y que no intentaste estar mejor. Si quieres algo y lo quieres de verdad, lucha y aguanta hasta no poder más, que luego puedas decir que hiciste todo lo que estaba en tu mano. No cometas los mismos errores que yo...
No te arrepientas de lo que has hecho, sino de lo que te quedó por hacer…


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