24 de noviembre de 2013

En estado puro.

Esa sensación de vacío. Siempre se tiene si hay multitud. Cuando dos no se entienden, uno de ellos ni si quiera lo intenta. Cuando sale el sol y no hay dolor que apague su luz. Cuando no creas que la casa está en tinieblas. Cuando no estés temblorosa por el miedo a equivocarte. Cuando veas que tienes la atención que te mereces.Conseguirás aquella felicidad que te falta. Pero ten una cosa clara. Sola no vas a hacer nada. Necesitas la sensación de llenarte de los demás. Convencida estoy de que si no fueras el puto centro de atención la poca felicidad que tienes se te borraría de un plumazo. Convencida estoy de que si no pudieras hacer el mal como lo hacer tu sonrisa no sería la misma. Tu cara solo la ilumina ella. El problema es cuando no sabes si la luz es buena para ti pero muy mala para los demás.
Mi felicidad comienza donde acaban tus pies.



10 de octubre de 2013

"Me has cortado el aire y sin remedio"



Dice así una canción. Bueno dice así un cantante. Le cortaron el aire en una ocasión y no sabía si sería capaz de sobrevivir. Hoy después de tanto tiempo, quiero acordarme de ti. Las noches amargas cuando ya no vienes a dormir o las noches en vela acordándome detu vida Cuentan las malas lenguas que te vieron deambular por mi habitación. Yo no contesto. Pienso que no hay nada mejor que volver contigo.  Con ese dulce y emotivo recuerdo, nada vago, que tengo de ti en mi cabeza. Hablan de subconscientes y sin embargo sé que estás presente. No entiendo el por qué de mi desilusión. Quizá pensaba que vendrías, que volverías aquí y sería mucho más feliz. El se fue hace unos días,  pero no como tú. El volverá y eso me hace fuerte. Abogan a que te quería y por eso estoy ahora así, lo que no saben es que era mucho más que un simple sentimiento en vano. Creo que sé, miento sé de sobra que es lo que me ha hecho acordarme mucho más de ti, de mí, de nosotras. Acabo de chafar a más de uno que pensaban que estaba hablando de un viejo amor. Y no se confunden, pero un amor más fuerte que el carnal, el que una pareja te puede aportar. Paso horas y horas leyendo las penurias por las que otros están pasando, y ahí está el punto clave de mi "infelicidad". Muchos de ellos me recuerdan a tí más de lo que me imaginaba cuando acepté pasar por algo así. Algo como esto. Puramente material. Bueno eso pensaba, porque tiene puntos de sentimentalismo y frustración.  Son días malos de los que seguro saldré.  Me conocías y no divulgo lo que me inquieta y me enfurece por dentro. El disfraz más bonito es el de la felicidad. Estás bien y ayudas a los demás. No me importa el que dirán y dejaron de importarme los de verdad. Ni yo misma me creo estas palabras,  pero ya no sé ni que pensar. La vida vuela en instantes que ni miles de fotografías pueden captar. Pero no te olvides que la que tengo de ti y de él,  ayuda más que a olvidar. Me recuerda quien eres, quien soy y donde quiero ir a parar.
Echaba de menos lo que era pararse a escribir algo como esto. Esta plataforma es mi debilidad y me ayuda a saber todo lo que quiero, siento y como ese día he llegado a pensar, decir o sentir. Parece cosa de locos pero bien dice Vetusta que hay que ser valiente.
Dejo el vídeo de una canción que desde que escucho estoy mejor. Es sorprendente que sienta eso, principalmente cuando pienso lo que dice y lo hago contigo reboloteando por mi cabeza. Es una canción cuyo magníficos representantes nombré con anterioridad solo diré que MORLA. Creo que dice mucho de mí, al fin y al cabo todos buscamos un disfraz mejor, aunque dudo que bailemos hasta el apagón. ¿Triste par animarte? pensaréis. SI, porque dicen "que las canciones tristes ayudan a ser felices".Y en cierto modo tienen mucho más que razón. 


15 de mayo de 2013

Los mejores.


                          Este curso he tenido la oportunidad de formar parte del grupo de voluntarios de “Horizontes abiertos” en su labor con los niños de la cárcel. Son niños de 1 a 3 años, que están obligados a permanecer con sus padres durante su condena. El fin de esta Asociación es que estos niños disfruten de la calle y de su infancia y vean las mismas cosas que los demás niños, dado que dentro de la cárcel no pueden disponer de la misma libertad. Mi labor ha consistido en estar con ellos desde las 11 de la mañana hasta las 17:00 de la tarde en un colegio. Darles de comer, cambiarles los pañales y jugar con ellos en el patio o en la sala de juegos. Además de disfrutar con ellos y ellos conmigo.


                       Durante estos meses en los que he formado parte de la Asociación como voluntaria he puesto en juego muchos valores, pero además he aprendido muchos otros. He visto la falta de justicia que sufren los niños al tener que pagar con la culpa de los hechos de sus padres. He sido responsable con mi trabajo para lograr durante esos días la felicidad de los pequeños. Además he sido testigo de la enorme generosidad y participación de estas personas que dan todo por los niños sin obtener remuneración. Pero creo que esta solidaridad por parte de los voluntarios tiene una recompensa enorme, y es ver la sonrisa que se dibuja cada vez que salen con ellos, en la cara de los niños. He intentado crear un cierto vínculo de amistad, no solo con los integrantes de la actividad si no con los protagonistas, los niños. No una amistad como todo el mundo la entiende si no intentando entregarme cada día con la causa, llevando a mis amigas a ver una realidad tan dura como esta, tratando con respeto a todas las personas del grupo (mayores y niños) y comportándome de una forma amable y cordial con todos ellos. Hace unos meses cuando mi aventura iba a empezar juré fidelidad, prometí dar lo mejor de mí misma en estas actividades y creo que lo he logrado. He cumplido con mi trabajo y dicen que “cumplir una promesa crea un vínculo entre el que promete y el destinatario de la promesa”, esto debería valorarlo mi coordinadora, Araceli, a quién más que a nadie le doy las gracias por la confianza depositada en mi persona. No sólo depende de la nota que me ponga, si no de su opinión sobre mis actos que para mí es más importante que la calificación. Deseaba dar lo mejor de mí para que entendiera que no solo quería aprobar esta parte de la asignatura si no que realmente estaba entregada al 100% con una causa que me parece maravillosa. Pero además he conseguido disfrutar de una paz interior realmente abrumadora al realizar correctamente mi trabajo. Finalmente destacar la valentía que hay que tener para afrontar con una sonrisa esta actividad. He respetado a todos y cada uno de los integrantes, los que ayudan y los que son ayudados y quiero por ello agradecer esta maravillosa oportunidad y toda la confianza depositada en mí durante estos 8 meses. Quiero dejar constancia de que mi camino en esta labor no ha terminado, aunque sí lo haya hecho mi periodo de prácticas.
                Creo que en la reflexión anterior dejo constancia de esto. Pero quiero decir, que lo que más me ha aportado en la inocencia de los niños. Ellos no son conscientes de lo que están viviendo porque para ellos es algo normal, una realidad con la que siempre han vivido. Pero verlo desde fuera es algo que te hace pensar y reflexionar. He tenido millones de palabras para estos niños, millones de halagos para los que siempre he considerado “mis niños” y para los que incluso he publicado alguna cosa. Creo que la acción de los voluntarios es de reconocimiento. Son personas que te enseñan que la vida no es siempre un camino de rosas, pero que siempre hay alguien peor. Por ello aunque ninguno sea perfecto intentan perfeccionar la vida de seres tan pequeños que aportan mucho a sus vidas. Creo que es una actividad que da mucho a todo aquel que participa. Ya lo he dicho antes, para mí una de las mayores alegrías es que me den una sonrisa los niños. Irme a casa sabiendo que les he ayudado y sabiendo que alguno de ellos ha llorado porque nos íbamos, incluso el que nos llamen “mamás”, es algo que nadie me podrá arrebatar jamás. Finalmente decir que me ha aportado mucha mucha alegría incluso en los días más tristes y que aunque pensara que las prácticas iban a ser algo solo de nota, he sabido entender que todo lo que he vivido y quiero vivir en esta Asociación vale más que una simple calificación. Por ello, me ha aportado el valorar más a las personas y menos los fines con los que se hacen las cosas.

Si tuviera que cambiar algo sería que los
niños tuvieran otra vida, y pudieran vivir fuera de las rejas, una vida como los demás niños. Lo más duro es ver que niños tan pequeños solo tienen infancia en cierto modo, porque esta Asociación y sus componentes se la proporcionan.

7 de mayo de 2013

Life


Como sobrevivir en un mundo donde ni si quiera encuentras lo que quieres. Cómo tener ilusión por algo, cuando nadie la tiene por ti. Como emocionarse por algo si cuando lo haces pareces idiota. Cómo mirar a otro lado si cada cabezazo que das ves algo más oscuro. Para qué confiar en nadie si a la mínima te dan la patada en el ojo de atrás. Cómo pensar bien, perdón, cómo pensar en un mundo donde hasta el más tonto tiene respuestas. Cómo estirar la cabeza si con lo bajo que está todo te das ostias a pares. Para qué sirve tener esto y lo otro si no sabes ni si quiera quien eres. Para que tener sueños, ilusiones e ideas, si ya llegará alguien que te de un tortazo. Mejor dicho, que te quite todo eso de un plumazo. No sé nada. Se algo, sé que estoy escribiendo esto porque son días duros. Difíciles. Algo tiene que haber que haga la cuesta más llevadera. No. Sí. Quizá. Pero a quién intento engañar, claro que no. Nadie. 100 mensajes una única persona. Mil voces gritan que quieren saber, pero nadie hace nada por mover. Querer algo de alguien es acercarse, es plantearle el nuevo reto. Llegas y te hablo, te planteo soluciones y lo único que haces es seguir cambiando. Te importa una mierda a quien tengas que llevarte por delante. Os importa una mierda lo que sientan los demás, ya no hablo de lo que piensen sino de algo más fuerte. Sentimientos. Algo que creo que hay personas que jamás sentirán. Espero y desespero mientras espero. Ole tú y ole tu madre. Pero para aquellos que entiendan algo en este montón de letras, ánimo. A los que no, mediocres. Y a los que estáis aquí, aquellos que os identificáis con esto quiero deciros que gracias. Gracias por ser tan idiotas, tan superfluos y tan de todo. Seréis los mejores pero algún día dejaréis de serlo. Os recuerdo una cosa. “Todo lo que sube, algún día termina por bajar”.
Mi coco me dice que no. Mi vida entera va a cambiar, y ese día llegará.


25 de abril de 2013

Rflx

Si que lo se. Se que soy capaz de pensar.  Algunas veces viene alguien y te hace pensar. De otro modo. Reflexionar. Uno de esos días cuando la oportunidad llega la agarras.  Te toca a ti. Toma las riendas de tu vida. Una persona inteligente te lo ha hecho ver. Ves que hay algo en tu vida que no quieres. Que tienes que cambiar. Otras no puedes pero esa, aquella y esta si.  Me voy a ir pensando si hoy... porque el hoy es en lo que debes pensar.  Te ves al frente de un precipicio solo con tu mente. Esos temas que el ha nombrado inundan tus pensamientos. Familia, estudios, trabajo, amor... pero al frente de ese barco miras al horizonte.  Soluciones ninguna. Pero fuerzas mas que nunca. No sabes si lo que has pensado se convertirá en realidad. Realizado.  Desde luego voy a intentarlo.

12 de abril de 2013

Mañaneo.

De repente levantas de la cama. Entre asustado y nervioso.  No sabemos que era lo que se pasaba por tu mente en esos momentos. Y mientras, piensas en lo que has soñado, era tan activo que parecía real. Pero los ojos abiertos han quitado poder a ese maravilloso sueño. Estabais juntos.  Nada malo. Miento, algo malo si, pero la solución y la manera ee arreglar ese desastre parecía un desenfreno.  No queríais final. Pero las mentes no van siempre al mismo ritmo. Piensa en las garantías que hay de que te espere...
"Mi coco me dice que hoy mi vida entera pasará. .."

1 de abril de 2013

.m.v.

Que en aquellas cuatro paredes durante aquellas mil horas nada cambiaría. Sin expectativas.  Con esperanzas.  Pero más tarde, más allá nos damos cuenta de que había mucho en lo que pensar.  Aunque si lo piensas bien,  mejor ACTUAR que pensar. Quedan muchas horas. No se puede disfrutar pero no debemos arrepentirnos. Dicen algo que siempre creo que es verdad. " no te arrepientas de lo que has hecho, si no de aquello que dejaste sin hacer". Ahora es cuando esa frase hace un eco enorme en mi cabeza. Retumba con más fuerza que nunca. Qué hubiera sido de nosotros si algo hubiera sido distinto. Tal vez tú encuentres respuesta.  Yo no.  Pero si la localizas mandamela. Sabes de sobra como hacerlo. Te veo o no. Pero si siguiéramos como antaño el tiempo sería más largo, fácil y divertido.  Disfrutaríamos solos  GRATIS.

18 de marzo de 2013


Siempre es bueno agradecer las cosas a la gente. Lo ha hecho posible. Solo o acompañado. A veces se me olvida que debemos decir gracias más veces. Pero para darme cuenta de eso. Para dar un toque de atención está hoy. Víspera del día. De tu día. “el día del padre”. Hoy lo celebro contigo. Te doy las gracias por lo que has hecho por mí. Por millones de cosas. Cada día tengo varias cosas que agradecerte. En 19 años. 365 días al año. 30 días al mes. 24 horas al día. Siempre me quedo corta para dar las gracias. Te lo he querido demostrar. Sé que eres muy grande. Todos los sabemos. No tengo mucho más que decir. Simplemente repetir Gracias. Infinitas veces. Serían pocas. Pero tienes el hueco que te mereces. Porque mínimo te mereces eso. Aunque sé que es mucho más. Nunca podré dar el máximo. Aunque lo intente. Porque de veras es demasiado.
Padre solo hay uno.

Te quiero. 

16 de marzo de 2013





Hoy me he dado cuenta del significado de la palabra “necesidad“. Eran las 7:00 cuando comenzaba mi despertador a taladrarme los oídos. Las sábanas estaban hiperpegadas a mis huesos. No era capaz ni de levantar el párpado. Las lentillas echaban humo y mis ojos lloraban de dolor. La luz entraba suavemente por la rendija de la persiana. Finalmente cedí y me levanté. Estaba despierta y dormida a la vez. Raramente. Pero sé qué fue lo que me hizo saltar en ese instante de la cama. Pensé en ellos. En los pequeños. Cuya felicidad depende de mí asistencia. Y demás. El otro día hablaba de la felicidad. Ayer de la suerte. Ambos factores tienen cabida hoy. Soy suertuda por poder pertenecer a este grupo de gente que da todo por la felicidad de esos niños. No tienen nada. Les damos todo. Nosotros estamos acostumbrados a ver la luz. A crecer paseando. Al parque, columpios y patitos. Ellos NO. Viven entre rejas. Con las personas que le dieron la vida. Pero nada más. Cumplen una condena injusta. No es su pecado. Es el de su superior. Tienen necesidad de crecer fuera de eso. Necesidad de libertad. Y gracias a esta Asociación pueden disfrutar de los días de lluvia. El conductor da mil vueltas a una rotonda. Una fuente. Ellos alucinan. No soplan velas. Salen. Disfrutan. Llegan muertos y quieren gritar. Les dais vida. Me siento orgullosa de pertenecer a este conjunto de personas. Buenas personas. Nada ganan. Nada material. Pero millones de recompensas que no se pueden pagar. Ni todo el oro del mundo puede igualar la felicidad de 25 personas. Mi corazón se dispara cuando uno de ellos me dice “mama“. Le respondes que no que “mamá“  no está aquí. Y te dice de nuevo “mamá“  y te abraza. Piensa que eres parte de su ser. No se confunden. Pero ese momento... Ese momento consigue llenar mi cabeza de pensamientos. Mis ojos de lágrimas. Y mi cara de sonrisas. Cada dos por tres algo nuevo. Alguno te sorprende. Lloran. Ríen... Pero sus caritas inocentes, sus sonrisas débiles... Son tantas cosas que no puedo describir. Espero seguir mucho más tiempo con ellos. Están empezando a ser parte de mí. Sobre todo ellos dos. Los dos peques. Mis dos niños. Sería capaz de llevármelos conmigo si sé que dentro de un año perderán lo poco que tienen. Esto es injusticia. Esto es denunciable. Y no que uno te haya insultado en tv. Pensad lo que queráis. Seguiré agotando minutos con ellos. Seguiré aprendiendo de ellos. Dejándome contagiar... No os imagináis lo que es que una nena de apenas 2 años te diga que no te vayas. Que te quedes. Que te va a echar de menos.
Millones de gracias.

15 de marzo de 2013

Mayoría.


Pensando. Arrebatándole segundos de otra cosa a mi cabeza. Me dio por mirar más allá. Muchas veces me doy cuenta de que hay gente sola. Realmente otros no sabemos que se siente. Nos gustan nuestros momentos de soledad. Hay cosas que preferimos hacer solos. Pero si queremos compañía también la tenemos. Hay momentos. Cada cosa a su debido tiempo. Pero hay otros que no. Otros no tienen capacidad de elección. “Querer es poder”, pero en este caso no. Quieren pero no pueden. Me he preguntado constantemente. ¿Cómo hacen ellos las cosas de más de uno? Todos discutimos. Pero solo no se puede discutir. ¿Qué pasaría si nos tenemos que subir a una escalera y no podemos sujetarla a la vez? Nos caeríamos. No podríamos hacer nada bien. Nada para lo que una persona sola no sirva. Y he de reconocer que son muchas cosas. Cuando doblo las sábanas necesito una persona al otro extremo. Hasta para cosas tan sencillas. Nadie que te prepare un día el desayuno. Llegar a casa de un intenso día y no tener la cena en la mesa. No poder ver la tele y comentarla con alguien. Son cosas sencillas. Pero sencillas para aquellos que estamos acostumbrados a hacerlo en compañía. Somos afortunados. Intentamos ver los problemas que tenemos a cada segundo. Ver la mala suerte que tenemos en esto y en lo otro. Pero realmente no nos paramos a ver las cosas buenas que tenemos. El factor llamado suerte. Dicen que no saben si existen pero realmente ¿existe? No contestéis. Solo quiero que reflexionéis. Muchos estaréis pensando que esto es un tópico. Sí. Sí. Y seguramente sí. Pero ¿cuántas veces os habéis parado a pensar en ello?
Dejar de ver en todo algo malo. Dejar de pensar en los problemas que tenéis. Siempre digo que sonreír es un pilar fundamental en esta vida. Un objetivo que todos debemos perseguir. Así que mirando lo bueno. Olvidando lo malo. Pensando que realmente somos “suertudos”.
Otras cosas en pareja nos pesan. Otras no salen mal. Las parejas también se rompen. A veces la compañía nos sobra. Pero otras no podríamos vivir sin los demás.
Dejemos de tener pánico, de perder el control de nuestras vidas. Intentemos llegar a un lugar mejor. A otro mundo. Nuestro. Donde solos y con gente seamos felices. A partir de ahora pensemos que todos los días son los mejores. Y que el siguiente será mejor. Más importante. Aprendamos a volar solos, pero con los brazos abiertos para recibir a aquellos que quieran compartir sus vidas con nosotros.

14 de marzo de 2013

F.Dad-


Si no hubiera sido así. Si no quisiera dar dos vueltas. Quiero alcanzar mi sueño. Alcanzarle. A ti no. Otro distinto. No conocido. Quiero tomar caFE contigo. Beberme hasta las copas de los árboles. Tener siempre tu abrigo. Comprar LIcores sin sabores. No seas necio. Abre puertas al destino. No sabes que hay detrás. Mira por el agujero. No sos vos. C’est moi. Algoritmo mismo. Todo lo aprendimos. Nada no conocimos. Ostias muchas. Andado demasiado. Dice un gran hombre algo que me apropio “aprendimos a base de ostias y andadas“ Unas valen mucho. Otras apenas nada.  Pero todo tiene un regalo. Una caja guardada. TE aporta algo. Nada nuevo. Distinto. Y lo peor de todo es que muchas de las cosas que hemos aprendido no son demasiado buenas. Todo a parte de la maldad. Cobra cierto sentido. Pero momentos en los que no eras capaz de disimular esa estúpida sonrisa. La vertical. La horizontal. Os quemaban las palabras. Os ardían los besos. Adorabas las alegrías. Te asqueaban las tristezas. Ya me da igual lo que digas. Mal, bien, regular. Hice lo que quise. Me cerraste la boca con CInta aislante. Y un proverbio me enseño a no arrepentirme de lo que había hecho y no de aquello que no había hecho. Si volviera a nacer cambiaría muchas cosas. Actos. No actos. Besos y abrazos. Contigo o sin ti. A ellos sí. A ti no. Pero nada relacionado a ti. Lo hecho está hecho y no volveré a tropezar dos veces con la misma piedra. Voy caminando y mi abrigo es quien me ayuda a tapar el frío. Ves. Ejemplifico. Haber sido idiota no es serlo. DAD lo mismo que recibís. No os amarguéis. Me repatea la situación. La sensación de no ser feliz.

Última vez.

"Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si de verdad has aprendido a vivir no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

Cuando crezcas, descubrirás que en realidad no tenías miedo de las dificultades: lo que te asustaba era la obligación de tener que escoger un camino; porque escoger un camino significa abandonar otros; porque no todo en la vida es de un único color. Mira sino el arco iris.
Cuando crezcas, descubrirás que la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante. Que cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y que si lo desea con todas sus fuerzas, todo el Universo conspirará para ayudarle a conseguirlo.
Cuando crezcas, descubrirás que la única manera de cambiar a una persona es mostrarle el potencial que tiene para cambiar las cosas; y haciéndole creer con los ojos cerrados y el corazón en la mano que la magia existe. Que es el puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos.
Y es que el sol aún no se ha puesto por última vez".

-Paulo Coelho

12 de marzo de 2013

Añoras.



Esta mañana al levantarme todo parecía seguir igual. De hecho era una plácida mañana de marzo donde nada había cambiado. Mientras mi padre tiraba de mis sábanas para hacerme levantar. Mi pensamiento seguía siendo el quedarme en la cama a dormir. Era demasiado pronto. No quería levantarme, quería seguir soñando. Pero cedí. Me he levantado y he decidido arrancar el nuevo día con una gran sonrisa en la cara. Mi padre iba a facilitarme todo. Él me llevaría a clase y así no iba a llegar tarde. No me iban a cerrar la puerta en las narices dos horas aunque hubiese hecho el esfuerzo de ir. Eso aumentaba por segundos mi sonrisa. Lo que parecía un día donde no iba a pensar en nada comenzaba a hacerme reflexionar. Mi padre me esperaba en la cocina. Deseaba desayunar conmigo. “¿quieres café?” Sus pupilas se centraban en las mías y como si de algo simple se tratara conteste con un “sí” . Mi padre tiene una costumbre muy rara, pero a la vez muy universalizada. Antes de desayunar “un buen vaso de agua” siempre comenta con una voz como de consejo. Acepté con un gesto de cabeza nada más. Todo seguía pareciendo sencillo. No había complicaciones. Cambios de sentido. Reflexiones al contado. Pero no me imaginaba que un vaso de agua hiciera remover mis pensamientos. Mis sentimientos. Sin más intención que la de vivir los minutos a su lado. Pero de repente los recuerdos acecharon mi cabeza. La playa, el mar, la fuente de mi lugar favorito, las botellas de mi rincón favorito de la ciudad. Todo tenía sentido. Relación con la misma idea. Me revolvió las maravillosas tardes en todos esos lugares. Las mañanas con la brisa. Y las noches con alcohol de quemar. Quería viajar hacía allí. Quería dividirme en tres, poder viajar a esos tres lugares citados. Pero estaba claro. Era imposible. Pero mis ideas si que habían viajado hasta allí. Habían llegado a tocar el agua en las tres situaciones. Las imágenes en mi cabeza eran de color claro. Visualizaba de sobra lo que quería recordar. Pero hablando de agua decidí que la mejor opción era crear contacto con ella. Me acerqué a la bañera e introduje poco a poco cada una de mis partes del cuerpo. Creo que fue la añoranza de esos deseos que brotaban de mi cabeza los que hicieron que disfrutara de la ducha de la forma en la que lo he hecho. Creo y veo que esto no tiene ningún sentido para los demás. El escribir sin sentir nada no tiene sentido. Pero escribir algo que te pone los pelos de punta, y que te hace que lleves todo un día dando vueltas a la cabeza merece la pena ser escrito. Por eso a pesar de qué se que no os producirá nada, a mí sí. Me ha hecho ver las cosas importantes de la vida. Ver el cariño que tengo a los lugares que han formado parte de mi infancia. Ver que querer no es solo un verbo unido a seres vivos. Y ver que la añoranza y la estima tienen cabida en una vida simple. Sin sobresaltos. Gracias a la gente que me llevó allí. Gracias por enseñarme a sentir lo que una tierra puede producir.

7 de marzo de 2013

No.




Me has llamado princesa a la puerta del Edén. No he podido evitar y me he mirado en el espejo. He visto que era mentira y he suspirado. Suspiros de felicidad. Mientes, me haces daño y luego te arrepientes. Pongamos distancia y alcohol, no quiero saber nada más. A veces el límite no llega. Pero otras veces se hace demasiado evidente. Las evidencias hacen que sea tarde. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. He esperado hasta hoy y la feria, el circo ha ido cambiando mis deseos. Mi suerte y mis sentidos se han visto afectados. No le coges cuando llama. Pero no se da cuenta de que no le quieres. No quiere ver que la vida, ésta vez, se escapa entre los dedos. Tienes que aprovechar y no tener que estar pendiente. El milímetro, el segundo se miden. Pero otras cosas no se pueden ver cuánto duran. La felicidad de una persona es algo perpetuo, algo que debe permanecer. Suena bien decirlo. Pero mejor cuando se cumple. Si ves que no formas parte de su vida que se vaya. Si es la otra persona la que no se da cuenta ¡ECHALÉ! No queremos cosas que hagan perdernos. El mar da paz, y tú nerviosismo. Me agobia la velocidad, los chillidos y la irrealidad. El que espera, desespera. Me alegro. La desesperación en ciertos casos provoca diversos sentimientos. Consigues hacerme sonreír. Veo tu desesperación y cubro mi rostro con miles de lágrimas. Lágrimas de felicidad. Nunca deseo el mal a nadie. Hoy no será la excepción. Tengo fuerza y libertad. Soy un imán que no necesita el polo opuesto. Quiero claridad. No me gusta la oscuridad, sino es para ver lo que con palabras no puedo expresar. Pero hace tanto que no siento eso, que apenas me acuerdo a que olía. Por fin me cambia la suerte. El otro lado de la moneda. Dice un gran hombre algo que me apropio "no te quiero tanto, los días de domingo...". Ahora ya me quiero más. Algo, suficiente. En seco, en mojado... Pero despierto y veo que no te necesito. He conseguido mi propósito importante. Ese que siempre planteábamos. Ahora es real. Me vas a ver. Me ves en menos de 24 horas. ¿Sabes ya que decirme? No tienes que volver a recordar. No me cuentes como fueron los polvos. No me cuentes que te ha cegado la otra persona. “Tengo más amigos”. Sigue pensando únicamente en tu soldado. Él, te puede hacer feliz. Le paso el testigo. Es su turno. ¿O el tuyo? Me la pela. Pero búscate las castañas del fuego. No era complicado antes de saberlo. ¿Por qué iba a serlo ahora? Siempre has sido uno, más medio de otro. Apáñate con uno sin medio de nadie. No eres capaz. Lo sé, y eso es lo que más feliz me hace. Cuando haces daño te gusta, pero odias que nadie te lo haga. Tú disfrutas. Yo también. Se ha girado la pelota. La mierda cae sobre tu cara. Al igual que ese vídeo que me enseñaste. Lo descubrimos juntos. Esto lo he descubierto YO solita. Ahora tienes la palabra. Otra cosa es que te escuche. Digas lo que digas; hagas lo que hagas, nada me va a hacer cambiar de opinión. Ya no jurarás. No a mí al menos. Las vidas nuevas no se prometen, se alcanzan. Con o sin ayuda debe ser tu fin en esta vida. Haré puzzles de diez mil piezas, sola, beberé birra en un vaso no compartido, veré películas sin comentarios, con subtítulos para no oír tú voz. Cántale al viento. Grítale. Nadie te va a escuchar. Llegas demasiado tarde. Borracho, colocado, sigue midiendo los milímetros de tu entrepierna. Sabré aceptar que tu madurez disminuye por días. Demasiado fácil. Si también disminuyese otra cosa, volvería a sonreír. Esta vez delante de tu puta cara. Jode correr en dirección opuesta a la que quieres. Pero jode más que quien "quieres" corra en la misma dirección y te adelante. Como un coche a 200 km por hora. Sin detenerse, pero diciendo adiós. Con recochineo. Qué bien me voy a sentir al verte la cara de idiota que tienes. La cara que serviría para trabajar dentro de una carpa de rayas blancas y rojas. Sé que prefieres en una blanca y morada, pero lo siento, ahora eres sufridor. Espero que sigas sin saber lo que esa palabra de cuatro letras significa. Me alegro de no haberte enseñado nada. No quiero haber participado de ti. No quiero dejarte la huella. Siempre sería buena, y no lo mereces. De tu mala educación. De tu nula personalidad. Agresividad. 
Vendrás llorando, riendo o escupiendo; pero nada logrará tocar la manzana que tengo dentro del pecho. Eso que tú nunca quisiste ver. Que nunca pudiste abrir. Podré ser capaz de meter la cabeza debajo del jersey de otra persona. De cantarle una canción a otro al oído. De ponerle los pelos de punta… A otro del que sienta. Te quise a morir. No sé si puedes decir lo mismo de mí. Espero que sigas sin saberlo. Pero verás que bien me ves. Verás que alegría más tonta cuando veas la cara empapada por cantar bajo la lluvia de mano de otro. Ya verás que bien cuando asome el arcoíris en mi vida, donde no estás tú. 
Derrochamos lo que podemos, alegramos a quien queremos.
Buenas noches. 

6 de marzo de 2013

Perpetuo.



Nunca sabemos si realmente estamos solos o no. A veces pensamos que sí, otras que no. Sin embargo hay ciertos factores que te ayudan a ver que jamás estás sola. Dice un gran profesor mío que las mismas cosas “pueden verse un día de negro y otro de blanco”. Y es que lo que hoy te sienta bien, mañana te puede sentar mal. Pero hay muchos días en los que me doy cuenta de que no estoy sola. Todas las mañanas cuando despierto tú estás ahí, te miro y me sonríes. Si yo estoy débil o agobiada tú estás detrás de mí, te miro y me sonríes. Cuando tengo un mal día corro a casa y llorando entro en mi habitación, tú estás dentro, te miro y me sonríes.  Otras veces antes de dormir te cuento cosas, te digo lo mucho que te quiero y tú no hablas únicamente te miro y me sonríes.
Yo haga lo que haga siempre que te miro me sonríes, por eso me gusta mirarte. Hay días que me paso largo tiempo mirando tu sonrisa para ver si se borra, pero nunca lo hace.
Cuando más lo necesito intento tocar tu rostro y cada vez que lo hago una fina lágrima cae y ensucia el cristal de tu marco, entonces cojo tu foto, la dejo en mi cómoda y me voy, porque sé que así cuando vuelva a entrar, tú estarás ahí, te miraré y me sonreirás...
Cuántas veces hemos deseado borrar lo que ha pasado un día, lo que sucedió en un instante, todo lo que cambió en un momento, incluso hasta eliminar un año de nuestras vidas para borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuántas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase "comenzar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? serían 
como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez.
Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos más cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más  hermoso, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos? dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.
En esta pequeña reflexión he dejado marcado tu nombre, tu apenas lo verás y casi nadie lo reconocerá pero sé que me has estado oyendo y ayudando a escribir esto porque cada día de Febrero de cada año se me hace más pesado la cuenta sube pero yo desearía volver a la puerta de tu casa , tu allí esperando a que arrancara el coche y de repente empezar a agitar la mano de derecha a izquierda diciéndome adiós, pero sin darnos cuenta de que ese adiós se convirtió en un adiós para siempre..
Si lo hubieran sabido muchas cosas hubieran cambiado en aquella despedida…
Pero otra cosa de la que tenemos que aprender es que a veces no somos nosotros quienes decidimos, y que quizá las razones para otros no nos sirven a nosotros.
Te quiero y todos los días estás conmigo. 

5 de marzo de 2013

Mejor imposible.


' Quiero enseñarte el trayecto de mi vida desde que arranqué el coche. 
Quiero que veas las carreteras que desgasto, los paisajes que no contemplo pero me rodean. 
Las horas muertas que reviven con los puntos muertos, acostumbrarte a una vida solitaria, tú, yo y la carretera. Quiero que analices cada uno de mis poros, formando un atasco por toda mi piel. 
Retén mis ojos en un punto fijo que no sean esas líneas blancas que separan dos direcciones. Haz que fije mi mirada en tus agonías, en tus mareos, en tu palidez. Deja que ponga la radio y suena nuestra canción. Déjame abrir la ventanilla, tirar el pitillo y renovar el aire. Deja que respire. Acaricia mi mano, que sujeta las marchas, ¿Quieres acelerar? Próvocame un frenazo, que pare en seco mi respiración. Deja que sin querer, se estrelle mi melodía con la tuya. 
Perdóname, por todas esos segundos planos, donde tú y yo no importábamos, discúlpame por no acompañarte antes a cualquier lugar, por no reaccionar a tiempo ante las claras señales. 
Señales que me hacías, que marcabas con cada derrape en el suelo, con cada accidente que sufríamos dejabas una señal. No quiero que te bajes del coche en cualquier semáforo, que nos gobiernen tres colores que ni siquiera son mis favoritos. No quiero un parpadeo cuando cambie repentinamente tu vida, cuando entre en tu circuito y descoloque tu dirección. No quiero una palabra de mi carrocería, que brilla cada día para tu amanecer aclarar. Y el humo negro del tubo de escape, que escape por donde quiera, no entrarán de nuevo los problemas pasados en nuestra memoria. Se irán con aquel humo tóxico y perjudicial. Sostén sobre mi armadura, el capó de estrellas que señalaremos y nombraremos esta noche. Túmbame  en un cruce, y espera a que la batería se apague; en mitad del desierto, a oscuras, sin humanidad a nuestro alrededor, sin obstáculos, ni badenes.    
Sigue conmigo en esta carretera sin final, al infierno de las chicas bonitas; que engañan y seducen a príncipes disfrazados y malcriados.  No apartes la vista de tu cartera ni tus labios de mi piel, que besan y rozan delicadamente el asfalto que dejamos atrás. Cada segundo a toda velocidad, se queda atrás, escrito en un cartón la dirección que nunca tomó. Triste nos ve alejarnos, con nuevos segundos a nuestra disposición. No tomes en cuenta el reloj digital que marca el tiempo actual y olvida el perdido. No lo mires. Mírame, observa como en el retrovisor se evapora la gasolina y tenemos que parar. Escribe en mis piernas las direcciones que tomarías si pudieras ir a todas partes a la vez, dibuja con cualquier pincel los kilómetros que comerías a bocados en mis labios, baila en el reflejo de mis ojos mientras mis pupilas te provocan un cortocircuito. Cargame la gasolina y continuemos el viaje, quedan muchos misterios por desvelar, mucho dinero que gastar, mucho terreno que explorar. 
¿Escuchas el rugir de mi metálico corazón? Que se muere por sentir tus engranajes. Vibra la pista de baile y la tapicería cuando el motor  chilla. Frenamos en cualquier paso de cebra, observa las líneas rectas, condenadas a vivir siempre erguidas, sin nadie que pueda hacer nada por ellas, sin nadie que tuerza su estirada vida. No te entristezcas, pues los hilos de las marionetas algún día se romperán. Ese día sintoniza tu voz con la mía. No tengas prisa por acelerar, ni tengas miedo a frenar. 
Que exploten los airbags, que se desprenda el techo del coche y nos deje respirar. Que el maletero se abra para hablar: "Aquí solo hay maletas vacías, ¿Con qué las pretendéis llenar?" 
Nos hemos dejado en casa los "por si acaso" y nos hemos traído las ganas. Nos hemos dejado en casa olvidados los olvidos, y ahora solo recuerdo nuestros recuerdos. Me he dejado en casa a posta, el destino; para poder improvisar mi propia historia sin que nadie la haya escrito ya. He guardado en un bolsillo el anhelo del hogar, que cuánto más te alejas más la sientes; esta vez el hogar se viene conmigo. 
Si tienes dudas tenlas, pero no me ahogues en preguntas donde las respuestas no están claras. 
Improvísame un giro, un volantazo que nos haga volcar, para volver a tener una excusa para abordarte sin preguntar. Despiertame en medio de un atasco invisible, despiertame cuando las estrellas estén conduciendo en el cielo a la velocidad de la luz: ¡Deprisa, pide un deseo! 
Deseo que esa estrella quiera volver aquí conmigo, en el asiento de atrás, contigo. 
Escupiremos sobre las lunas de esos vehículos tan solitarios. Búrlate de su mediocridad, de su gasolina malgastada, de su energía sin estrenar.  
Saca el brazo por la ventanilla y simula aquel anuncio, sonríe tu sonrisa y se encienden mis intermitentes.  
El punto más ciego de mi ojo no consigue ver tus intenciones: ¡Róbame el corazón y vete corriendo calle abajo! ¡Con tal tesoro entre tus manos sangrando no irás muy lejos!
Sigo el rastro y te huelo. La brisa me ha dicho que tu olor no viene de muy lejos, que estás aquí a mi lado todavía, que todo era un mal sueño. Pisa el embrague y cambia de marcha, quiero que el mundo gire más deprisa de lo habitual. Quiero atropellar las rotondas, comerme las señales de STOP más dulces, burlar la seguridad de las fronteras, volar en cada badén, cambiar el color rojo por un verde permanente. 
Te doy luz verde para investigar mi corazón; arreglame las aboyaduras, cuida mis imperfectos, alímentame con tu energía. 
Atropellaré sin piedad cualquier obstáculo que se nos presente, qué más da si el coche se mancha. Arrojaré por la ventanilla todas tus reflexiones liadas en aquel papel tan fino y en aquella sustancia tan fina y divina. 
Los insectos serán los encargados de hacer volar tus fobias, fobias que aplastaré en mi luna cuando pase a toda velocidad. 
¡Olvida tu vida terrenal! Enciérrate conmigo en esta bestia mecánica y dame caña. 
Pisaré el acelerador mirándote a los ojos; ojos que no parpadearán o perderán el juego. 
Y cuando el paisaje se nos presenté turbio, pondré las antiniebla y te taparé los ojos, para que descifres los enigmas que hay por todo mi cuerpo. Y cuando el peso de mi carrocería se apoye sobre tu elegante tapicería nos enconderemos en el auto-lavado, evaporando los gemidos y limpiando nuestra conciencia.
Qué nos importa una rueda pinchada, un amanecer rajado, que aparezca el motorista fantasma, que no tengamos un corazón de repuesto guardado en el maletero. 
¿Oyes las guitarras que nos provocan y nos imantan?  Cambio mi respiración a la marcha 4, a 100 kilómetros por beso en esta recta inhabitable. 
Rugeme en el oído, muérdeme como los coyotes de este desierto lo harían a sus presas, aprisiona en tus manos trozos de mi piel, colecciona mis caricias, enmarca cualquier parte de mi cuerpo, sé el chófer de mi vida sin camino, hazme olvidar que esto es un coche, que nos vamos a estrellar. Hazme desear que esa estrella fuera yo. Haz que al tiempo le de un infarto al vernos, que se pare de repente y no pueda alcanzarnos. Arañame y déjame huella, pues mi pintura ya es vieja y se cae a trozos. 

Haz que lleguemos al mar y nos paremos frente a él, mientras el mundo gira sin nosotros, sin que nadie sepa que estamos allí, sin que nadie sepa de aquella playa. Haz que lleguemos al mar y nos paremos frente a él, mientras el mundo deja de girar si no estamos nosotros, mientras el mundo deja de girar si nos salimos del mapa. Y que nos busquen por las autopistas, que descubran nuestros derrapes, que nos atrapen por conducción temeraria.
Que el mundo nos detenga cuando el mar se pare frente a nosotros, mientras nosotros rodamos sobre la arena '

28 de febrero de 2013

Una.




Viendo tu historia en otra vida parece más real. Hay algo en tu día a día que hace que el SOL deje de brillar por momentos. Momentos que comenzaron siendo pocos, pero que ahora abarcan minutos, horas, días… De repente. Un día, una mañana parece que todo cobra sentido. Tú estás sufriendo. Estás pasando por algo nada agradable para ti. Niña de pequeños sueños. Situaciones que acaban con esa sonrisa. Que hacen que los hilos que tiran de tus comisuras se rompan. Inexplicable. Días más tarde. Demasiado tarde quizá. Te enteras de algo parecido. Algo turbio y distinto. Lo mismo ha sucedido en otra persona. Otra vida, otra nacionalidad, otra familia, otro origen… pero MISMA historia, misma causa que denunciar. Misma cosa que contar. Qué te está contando. Es en ese instante cuando te das cuenta de que no es algo paranormal. Que no es algo raro. Ni algo que no pudiera suceder. Pero a la vez hace que pienses en que todos tus malos pensamientos. Tus malas sensaciones. Poco a poco comienzan a hacerse realidad. Esperanza y fuerza. Pero cansada de tener mismos pensamientos. Quiero aterrizar en las piernas de alguien distinto. Meter la cabeza en un sitio donde no haya cosas ruinosas y malas. Quiero empezar tocando los pies. Quiero que cambies. Que mejores. Pero son decisiones que no puedes tomar tú. Decisiones que no dependen de ti, lo sé. Por eso quiero ayudarte. Quiero hacerte fuerte. Hacerte feliz. Te mereces mínimo eso después de todo. Pero cuando no dispones de medios. No puedes hacer nada. Te sientes impotente. Rendida. Quiero ser fuerte para afrontar esto contigo. Juntas. Siempre hemos estado juntas desde el minuto en el que me diste a luz. Pero a pesar de algunas lagunas. Distancias que podemos pintar de verde. El color de la esperanza. Unimos palabras. Unimos y rendimos homenajes. Quiero que estés conmigo. Quiero estar contigo. Sabes de sobra todo lo que siempre te he querido. Sabes de sobra que nunca he querido nada malo para ti. Ellos tampoco. Sabes por qué digo eso. Pero también sabes lo que quiero decir. No me entenderá nadie más. Mereces estas palabras. Son tuyas. Ámalas, quiérelas, hazlas tuyas. Pero no te metas de nuevo en tu caparazón. Sal. Quiero verte. Despertarme y que estés activa. No dormida. No de nuevo en tu cama pensando en no salir. No ver la luz del día. Muchas cosas difíciles y muchas más a las que nos tendremos que enfrentar pero una única verdad.
Quiero verte, olerte y quererte. SIEMPRE. Como te quiero.
Solo quiero saber si no empiezas de cero conmigo. Quiero saber que siempre seré tu pequeña y que nunca dudaste de mí. Necesidades vitales. No estás sola. Nunca lo has estado. Pero ahora menos que nunca. Eres útil. Importante. Muy importante. Todos te lo decimos. A veces no son las palabras. Si no las formas. Pero el mensaje es el mismo.
Te quiero.

25 de febrero de 2013

Here.



Litros de alcohol. Aparecieron borrachos. Los cuerpos unidos por el sudor. El calor corporal envolvía el frío del ambiente. El termómetro marcaba tres grados bajo cero. Un nudo en la garganta despertó al mayor. Necesitaba tragar. Generar saliva. Le salvaba. Una luz le hizo levantar la cabeza. El sol deslumbraba con fuerza. Tirados en el césped. Brillaba. El hielo de la hierba calaba hasta los huesos. Se giró y la vio allí callada, sintiendo la brisa en la cara. Sin inmutarse. Estaba feliz. Dormida pero feliz. Las muecas de la cara lo desvelaban. Las horas anteriores al sueño han servido de algo, pensaba el muchacho. En ese momento solo pensaba en detener el tiempo. Quería poder quedarse allí con ella por siempre. Que nada le hiciera despegarse de ella. Como si de siameses se tratase. Había esperado demasiado tiempo. Ahora quería aprovecharlo. De una única forma. Con ella. Que le diera la luz. La oscuridad. El hambre. El sueño...
Se despertó ella. Su primera imagen fueron los ojos de él. Esos ojos redondos color miel penetrando en ella. Se miraron y se dieron la vida. Fundidos en un abrazo comenzaron a recordar la noche anterior. El olor a alcohol de quemar. El olor a tabaco. Y el olor de sus perfumes se fundían creando un ambiente inexplicable para ellos. Las colillas amontonadas al lado. Lo siguiente fue levantarse. Se miraron y decidieron qué hacer. Querían ver algo distinto.  Pero entre carcajadas volvieron a mirarse. Ulteriormente se movieron dos metros más a la izquierda. Habían conseguido ver otra cosa. Habían conseguido su propósito.  En ese momento su perspectiva era distinta. Pero los sentimientos seguían siendo los mismos. Después de esto, ella le metió la cabeza debajo del jersey. Él la cogió en brazos. Ella le hizo cosquillas. Él le cantó su canción preferida al oído. Al girar. Al girar volvió a suceder. Se besaron.
Y así pudieron estar horas.
Pero como todo lo bueno siempre termina tuvieron que abandonar su nido.
Volaron cada uno a su lugar. Pero siempre. Siempre que puedan volverán a hacer lo mismo. Solo les da igual una cosa. No era una despedida. A él se le notaba el miedo en los ojos. El miedo a perderla. Ambos temblaban. El preguntaba. Ella Le contestaba entre miles de escalofríos.
+ ¿Dónde?
- “Nos da igual donde“
+ ¿Cómo?
- “Igual que hoy, pero mejor que mañana“
+ ¿Qué?
- “Nos querremos”
+ ¿Quién?
- “Tú  y yo“
+ ¿Cuando?
- “Siempre que podamos“

Recuerda:
Siempre que podáis tú y él os querréis. No importa donde, eso sí, os querréis  igual que hoy pero siempre mejor que mañana.

24 de febrero de 2013

Juegos.




Pasarás días excelentes con él, te comprará cosas, te hablará con amor, habrá sexo apasionado...Pero nunca dejarás de ser la otra... si sois descubiertos... en ti, y sólo en ti, quedará el cargo de conciencia de saber que has destruido una relación de tanto tiempo, y que habrás dejado un daño irreparable...te sentirás juzgada ante la sociedad por los pocos valores que has demostrado tener... pero sobre todo te habrás fallado a ti misma porque no supiste darte tu lugar ni valorarte. Pero eso para quien quiera valorarse. Hay personas que se sienten inferiores, que tienen un complejo tan grande que a lo mejor ser la "otra" les alivia en cierto modo…
después de esto... tarde o temprano la vida te lo cobrará... Ahora dime...
Juegas o pierdes. 

20 de febrero de 2013

Jualengas.


Entran en el autobús. Al parecer por separado. Nadie sabía que ellos los sabían. Nadie era consciente de que se conocían. Más de lo que estás pensando. Cogen al vuelo las miradas, sonrisas. Unos hilos invisibles tiran de las comisuras. De los dos. Ambos. Él Guiña el ojo. Ella saca la lengua. Que poco decoro. Piensan algunos. Pero de la nada. Como te vas a quedar tú. Sin halas. Sin nada. Ella se levanta. Él se acerca. Ambos se funden en un emotivo abrazo. Ella está cortada y él lo sabe. Pero aun así, hay espacio para un tercero. El cariño. Dos pistoleros lentos. Flechas de amor. Satanás no entra. Espacio restringido. Durante el trayecto él la agarra. En las curvas hace fuerza para que con su brazo colocado de una forma incómoda pueda abarcar su cuerpo y sujetarla. Con fuerza. Arañan los minutos que quedan. Al final del trayecto miradas, abrazos, besos, acaban... Cada uno sabe lo que toca. Él izquierda. Ella derecha. Todo con un pero. Pero...; pero...
Por si nos sale mal, pero no intentamos nada. Vamos a salir. Las cosas a su ritmo. PERO salgamos. Con FUERZA.
Ya, pero mejor prevenir que curar.
Para que luego digan que en el transporte público no pasa nada. Pero sin embargo pasa. Ella está contenta, él también, pero nunca más serán dos. Dos extraños jugando a quererse.
Apunta esta. Es buena.

19 de febrero de 2013

Idealista.



                       Sale del metro. En el andén ya está. Arriba un letrero le indica que ha llegado a su destino. SOL.  En frente un maravilloso banco de metal. Fresco y deseando que alguien pose su trasero en él. De repente, parece que se da cuenta de lo que el banco está pensando. ¿Pero cómo? Un banco no habla, y menos podrás entender lo que dice. Pero sin saber cómo, se acerca y se sienta. Decide no subir las escaleras mecánicas y salir a la calle. La opción elegida es la de reposar unos minutos en ese banco. Todo marcha bien. Parece que su dolor abdominal comienza a aumentar. Todo se tuerce. Un letrero luminoso advierte de que en 2 min el tren “efectuará su entrada en la estación“. Lo mira, se levanta para irse... Pero una fuerza inerte le hace que se vuelva a sentar. No entiende nada, pero el dolor cada vez es más fuerte y parece que es mejor sentarse. Ya está. El tren acaba de efectuar su entrada en la estación. La gente baja. Libre albedrío para todos. Pero una persona se queda patidifusa en el andén. Ese mismo andén de la línea 2, de color rojo pasión. Decide reposar. Es chico, de altura media, con vaqueros, vans, unas dilataciones que no dejan ver sus hermosas orejas y un tatuaje colorido en el brazo. Lleva consigo una cámara de fotos y un reproductor mp3.  La chica sentada en el banco con el café de la mano, su libro de Leopoldo Abadía y su bolso de Loewe. Ambos desconocidos. Ya están los dos juntos, ella le mira y él le sigue la mirada. Son esos ojos color cielo los que no dejan al chico apartar la mirada a otro lado. Parece que poco a poco el dolor de la chica comienza a remitir. Ese dolor abdominal que poco a poco comenzaba a subir hacia la izquierda de su cuerpo. No entiende por qué. Tampoco entiende esa estúpida sonrisa que en su cara se refleja. Pero sin dejar de mirarse parece que se están contando una vida de aventuras y deseos. Han transcurrido dos horas y miles de personas han pasado por su lado. Ellos ni se han inmutado. Siguen de la misma forma que cuando se encontraron. Él tiene que irse. Se va. Ella cambia el rostro y a los 10 minutos se levanta. Va a irse. Algo suena. Roza el suelo y hace un ligero pero sonoro ruido. La chica se agacha. Es la tapa de un bote. La coge, la mira y detrás ve un número de teléfono. No se va con las manos vacías. Entiende que el chico no ha pasado por ahí de casualidad... Algún día contaré el final. Qué pasó. Quedaron o no. Se llamaron o no. ¿Se llegaron a conocer? ¿A cruzar palabra...?
No sé. Lo que sé es que cualquier oportunidad es buena para encontrar el verdadero amor

18 de febrero de 2013

A mí manera.



Quiero romper las reglas. No somos conscientes de lo mucho que nos pueden ayudar los errores. Las decepciones. Las amistades peligrosas. No aprendemos a darnos cuenta de lo que nos puede aportar las infidelidades, ni todo lo que podemos aprender con no conseguir lo que queremos. No te aferres a la traición, al no perdonar. Da las gracias a quien te falla, te daña o te deja de querer. Perdona rápido, y enséñales lo mucho que te aportan con su adiós. Mira hacia delante, besa lento a quien merece tus besos, no te aceleres, los botes pequeños, las dosis enanas aportan el doble siendo la mitad. Si a quien besas le amas, ámale de verdad, demuestra riéndote sin control lo mucho que te aporta esa persona. No dejes de dedicarte en cuerpo y alma a esas personas a quien quieres. Pero no dejes de decirle a alguien lo mucho que le amas. Amor de verdad. Nada de mentiras. Ser consciente de lo mucho que varía la vida. La inestabilidad de todo lo que puede pasar. De que hay muchos cambios en la rutina. Romper con el día a día. Pero jamás, repito, jamás dejes de sonreír por muy pequeño que sea el motivo. Puede ser extraño, inexistente, soñador, pero siempre será una excusa. Un motivo para reír, sonreír y disfrutar de las pequeñas dosis que te aporta la vida.
“Puede que la vida no sea la fiesta que esperábamos, pero mientras estemos aquí, BAILEMOS”.

14 de febrero de 2013

Convivimos.



"Durante nuestra vida convivimos, muchas veces con sensaciones, sin quererlas o desearlas, pero también con otras que no valoramos en la medida que se merecen.
Convivimos con: la angustia, el dolor, la duda, la soledad, la ansiedad, la mentira, el temor, el rechazo, el desprecio, la venganza (la propia y la ajena), con el silencio, con el mal, con el rencor, con la rutina, con los desencantos, con los prejuicios, con la falta de humildad, con la ausencia de valores y principios, con la crítica nuestra y la de ellos, con la ingratitud, con soberbia de los inútiles que no pueden amar, con la incomprensión, con la inseguridad, con la falta de ilusión, con el conformismo, con el odio, con el olvido, con la pérdida, con la falta de libertad, con el pasado sin resolver, con la indiferencia, con los malos pensamientos, sin el perdón, con la envidia del otro y la de uno, con la falta de Fe, sin un rumbo a seguir, con la impaciencia, con el mal humor de uno y el de los demás, con la impotencia de no poder, con el aburrimiento, con la palabra demás...

Pero, siempre hay un pero, también convivimos, con el humor, con la alegría, con la risa de uno y la de los demás, con los colores que nos traen paz y armonía, con el sol que nos da energía, con la lluvia que no nos molesta, con las caminatas por la tarde, con las sorpresas agradables, con las primeras brisas de primavera y con cada una de las estaciones del año que nos enseñan entre otras cosas, no todo es frío o calor, con la posibilidad de conocer la felicidad, de dar amor y de ser correspondido, con la búsqueda de la verdad, con la imaginación, con el bien, con un futuro mejor construido por uno, con el cariño, con el amor, con los afectos, con los abrazos, con las caricias, con la amistad, con charlas placenteras con amigos, con el compañerismo, con la lealtad, con la Fe, con proyectos posibles e imposibles, con las distintas manifestaciones del arte, con la lectura, la música que nos transporta a lugares que uno solo conoce, con fragancias y perfumes que nos dan lugar al placer, con los recuerdos nostálgicos, y con el otro...

Uno, siempre uno, será el que finalmente decida con qué quiere convivir..."

13 de febrero de 2013

Siempre estás.



Cuando tenía 10 años oía a mi padre o a mi madre hablar de la muerte de algún amigo, conocido o familiar, lo veía en la televisión, era algo que pasaba cada día. En esos momentos yo ajena a todo pensaba que eso a mí nunca me pasaría.
Poco a poco fui creciendo, me iba haciendo mayor y la muerte empezaba a formar parte de mi vida. Amigos de conocidos, familiares de amigos cercanos… la edad y las enfermedades eran la causa de estas pérdidas. Veía las lágrimas de las personas que dejaban de tener a esas personas a su lado, e intentaba animarlas cuando podía o corría de mi mano. Entonces con el paso de los años me fui dando cuenta, mi mente asumió, que la muerte algún día me tocaría muy de cerca. Ya no solo que yo podía morir, que es algo a lo que no tengo miedo, si no el poder perder a alguien cercano, a alguien a quien yo quisiera con todo mi corazón. Ese, precisamente ese, es el motivo por el que la muerte me aterraba, no la posibilidad de decir adiós a este mundo, si no ver como otra persona querida me decía adiós. Y así fue, por desgracia el 13 de febrero del 2008, la muerte llamó a mi puerta de una manera brusca y desarmada. Llamó a mi puerta sin avisar, y no me vino a buscar a mí, sino a ti. No entendía porque a ti. En esos momentos se me pasa por la cabeza un pensamiento egoísta, pensaba que había miles de personas en la tierra ¿por qué te tenías que ir tú? ¿Por qué querían dejarme sin tu cariño? Nosotros no nos hacíamos a la idea, y digo nosotros, porque aquella noche fue la más larga de mi vida. Tú allí en aquella caja de madera de pino, y yo de pie frente a ti, junto a la persona que había compartido contigo los mejores momentos de su vida. Él también estaba lleno de dudas, miles de preguntas le asomaban por la cabeza. Nos separaba un ligero y brillante cristal, por el cual no solo podía verte a ti, si no que veía mi reflejo. Veía las lágrimas que a montones salían de mis ojos y recorrían mi cuerpo. No me daba tiempo a pararlas, recorrían a toda prisa mi cuerpo y eran tantas que por más que las limpiara seguía mi cara mojada.
Hoy, cinco años más tarde, vuelvo a estar delante de tu foto, viendo y sufriendo por aquel maldito día que decidieron arrebatarte de mi lado. No he podido ir a verte, todos los años desde tu partida he ido a visitarte a llevarte flores y a decirte otra vez lo mucho que te quiero. Y hoy me siento mal, porque no he ido, no he podido ir a verte, a decirte todo lo que ya sabes porque te lo digo día tras día. Estoy encima de la cama, mirando tu fotografía, esa en la que con él, con el amor de tu vida salís sonriendo. Es mi foto preferida. Vuestras maravillosas bodas de oro. La guardo como si fuera la foto de mi propio amor. Sois y seréis siempre un reflejo para mí, dos guías que me llevan por el buen camino y que gracias a ellos me doy cuenta de que tengo que hacer caso a las buenas personas e ignorar a aquellos que solamente quieren hacerme daño. Él está aquí conmigo, está aquí sonriendo aunque por la fecha de hoy asustado, melancólico pero como todas y cada una de las personas, que te queríamos y que tu marcha nos dolió. 
Sin más te diré que he aprendido a vivir el día a día y que gracias a ti todos los días son un poquito más agradables y que gracias a ti y al recuerdo que me has dejado, cada día soy capaz de soltar una sonrisa, aunque sea el peor día de mi vida. 
Te quise, te quiero y te querré siempre. 

Tu nieta. 

12 de febrero de 2013

Ley de Vida.



Ahora, si, el día aquel que nos conocimos, mi vida era una constante revolución de cambios, y sentimientos encontrados, trato de vivir día a día, como si fuese el último de mi vida. Pensando en eso no pude evitar que una lagrima furtiva, se escurriera por mi rostro, ya ves siempre termino llorando .Suspire, tratando de reponer el aire que faltaba en mi garganta hecha un nudo.
Sube alto, muy alto. Sin pensar en la caída. Sube hasta las nubes, diviértete. Observa como cada casa se va convirtiendo cada vez más pequeña hasta parecer una hormiga. Juega con las nubes, como si fueran de algodón. Pero te das cuenta en un momento que no puedes subir más, pero te tienden una mano, y él te ayuda a subir más alto. Sigue subiendo hasta el cielo y alcanza las estrellas. Disfruta e intenta subir más, lo más que puedas. Recoge todas las estrellas que puedas, como si fueran flores, y guárdalas. Vuela y sonríe, presumiendo de hasta dónde has podido subir, y sube más y más. Todo lo que puedas. Todo lo que te permita el. Sigue recogiendo estrellas y guárdalas en un bote. Tú sigues subiendo hasta que todo termina. Se ve todo negro, el universo. No se ve nada, solo las estrellas de tu bote y a él. A él le ves perfectamente, ves su sonrisa y sus ojos brillantes de emoción. Pero de repente desaparece, y tú sientes que empiezas a caer. Y cada vez caes más deprisa, y ya puedes ver todo de nuevo, pero bajas demasiado rápido, sientes esa sensación en el estómago como cuando un avión despega. Miles de recuerdos aparecen. Sigues cayendo hasta que ves que pierdes demasiada altura, que ya has pasado por las nubes y estas apunto de golpearte contra el suelo. Y te golpeas. Lo has perdido todo. A él. A la altura. Pero espera, te queda todavía ese bote de estrellas que guardabas en el bolsillo. Lo vas a coger, pero con la caída, el bote se ha roto y las estrellas ya no están ahí. Ya no tienes nada. La caída ha sido muy dolorosa, pero solo queda esperar a otra mano que te ayude a levantarte y te vuelva a ayudar a subir. Pero a ti, después de lo que ha pasado, te da miedo subir. Después- Piensas que ha merecido la pena, los recuerdos nadie te los quita-. Y podrás volver a subir miles de veces más, cada vez con un bote más resistente, para que cuando caigas de nuevo, las estrellas no se escapen. Probarás hasta que consigas un bote irrompible, un bote seguro y estable, en el que las estrellas se queden para siempre, iluminando la magia que sientes, recordando la inocencia y la ilusión de tu primera subida, la situación en la que estabas. Y cuando encuentre ese bote, nunca más caeré, nunca más me daré un golpe fuerte contra el suelo. Simplemente me quedaré en el universo, con las dos únicas cosas que necesito. 
Ahora mismo, te abrazaría con todas mis fuerzas y no te soltaría más, hasta que repongas las tuyas, y me regales a cambio una sonrisa.

11 de febrero de 2013

OUT.


Un túnel oscuro. Ahí te encuentras. Frío, difícil de recorrer, muy aterrador. Pasan los días. Caminas, tu Caminas. Nada cambia. NO pasa nada. Nada bueno. Una lástima gritar siempre que sean felices. Lema que siempre te caracterizó y no poder predicar con el ejemplo. Días malos. Días que fracasan. No tienes aliento ni en los sueños. No sabes cómo hacerlo. SMILE, SONRÍE... busca seguridad. Ganas de hacer algo. De arrancar. No permanezcas más ante el semáforo. Arranca. Cuando te mareas miras a un punto fijo. Ahora también. Hoy, dos puntos había en tu cabeza. Ambos destruidos. Caídos por el precipicio. El corazón tiene grietas y la cabeza está en tinieblas. Eso te produce inseguridad. 
Éxtasis, no éxtasis. Luz, oscuridad. Valentía. Errores y aciertos... No te desilusiones con algo que no es real. Ilusiónate con lo que es real. Es malo pero REAL. Lo bueno IRREAL. Lo que no quieres consigues y lo que deseas no alcanzas. No sigas suspirando por algo que no es cierto. No permanezcas haciendo eco de la Incertidumbre. Horrores. Enfréntate al poder de decisión. Arriésgate a conquistar la torre más alta de su cuerpo. No te hagas pequeña. Súbete a tus tacones, quítate el maquillaje. Natural, sé tú. Preparada. Lista. YA. En ese momento, entonces, será cuando estés preparada para enfrentarte a los miedos. TUS miedos. 
Una de las cosas ya no tiene sentido. No gastes fuerzas en ello. Lucha por lo otro. Realmente no estás convencida. Crees que no tienes posibilidades de ganar. Pero SI de cambio. Esto será un paso para empujarte a la victoria. O a la derrota. Pero ambas soluciones cambiarán. Provocarán cambio. Cambiarán todo, MUCHO. Mucho en TÍ. 
Díselo. Comételo a besos. Ya recuerdo. No quieres que te quieran. Solo quieres que te abracen. ¿Por qué? Porque no crees que te puedan querer. Jamás piensas ser tú. Tú la elegida. SU elegida. Anda ya. Corre. Camina. Salta. Grita. Baila. 
Espero que florezca algo en su corazón. <3
No quiero perder más el tiempo...

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"Ahí estás tu y yo contigo adentro, cuando más dura es la pena más cargado viene el RON"