18 de marzo de 2013


Siempre es bueno agradecer las cosas a la gente. Lo ha hecho posible. Solo o acompañado. A veces se me olvida que debemos decir gracias más veces. Pero para darme cuenta de eso. Para dar un toque de atención está hoy. Víspera del día. De tu día. “el día del padre”. Hoy lo celebro contigo. Te doy las gracias por lo que has hecho por mí. Por millones de cosas. Cada día tengo varias cosas que agradecerte. En 19 años. 365 días al año. 30 días al mes. 24 horas al día. Siempre me quedo corta para dar las gracias. Te lo he querido demostrar. Sé que eres muy grande. Todos los sabemos. No tengo mucho más que decir. Simplemente repetir Gracias. Infinitas veces. Serían pocas. Pero tienes el hueco que te mereces. Porque mínimo te mereces eso. Aunque sé que es mucho más. Nunca podré dar el máximo. Aunque lo intente. Porque de veras es demasiado.
Padre solo hay uno.

Te quiero. 

16 de marzo de 2013





Hoy me he dado cuenta del significado de la palabra “necesidad“. Eran las 7:00 cuando comenzaba mi despertador a taladrarme los oídos. Las sábanas estaban hiperpegadas a mis huesos. No era capaz ni de levantar el párpado. Las lentillas echaban humo y mis ojos lloraban de dolor. La luz entraba suavemente por la rendija de la persiana. Finalmente cedí y me levanté. Estaba despierta y dormida a la vez. Raramente. Pero sé qué fue lo que me hizo saltar en ese instante de la cama. Pensé en ellos. En los pequeños. Cuya felicidad depende de mí asistencia. Y demás. El otro día hablaba de la felicidad. Ayer de la suerte. Ambos factores tienen cabida hoy. Soy suertuda por poder pertenecer a este grupo de gente que da todo por la felicidad de esos niños. No tienen nada. Les damos todo. Nosotros estamos acostumbrados a ver la luz. A crecer paseando. Al parque, columpios y patitos. Ellos NO. Viven entre rejas. Con las personas que le dieron la vida. Pero nada más. Cumplen una condena injusta. No es su pecado. Es el de su superior. Tienen necesidad de crecer fuera de eso. Necesidad de libertad. Y gracias a esta Asociación pueden disfrutar de los días de lluvia. El conductor da mil vueltas a una rotonda. Una fuente. Ellos alucinan. No soplan velas. Salen. Disfrutan. Llegan muertos y quieren gritar. Les dais vida. Me siento orgullosa de pertenecer a este conjunto de personas. Buenas personas. Nada ganan. Nada material. Pero millones de recompensas que no se pueden pagar. Ni todo el oro del mundo puede igualar la felicidad de 25 personas. Mi corazón se dispara cuando uno de ellos me dice “mama“. Le respondes que no que “mamá“  no está aquí. Y te dice de nuevo “mamá“  y te abraza. Piensa que eres parte de su ser. No se confunden. Pero ese momento... Ese momento consigue llenar mi cabeza de pensamientos. Mis ojos de lágrimas. Y mi cara de sonrisas. Cada dos por tres algo nuevo. Alguno te sorprende. Lloran. Ríen... Pero sus caritas inocentes, sus sonrisas débiles... Son tantas cosas que no puedo describir. Espero seguir mucho más tiempo con ellos. Están empezando a ser parte de mí. Sobre todo ellos dos. Los dos peques. Mis dos niños. Sería capaz de llevármelos conmigo si sé que dentro de un año perderán lo poco que tienen. Esto es injusticia. Esto es denunciable. Y no que uno te haya insultado en tv. Pensad lo que queráis. Seguiré agotando minutos con ellos. Seguiré aprendiendo de ellos. Dejándome contagiar... No os imagináis lo que es que una nena de apenas 2 años te diga que no te vayas. Que te quedes. Que te va a echar de menos.
Millones de gracias.

15 de marzo de 2013

Mayoría.


Pensando. Arrebatándole segundos de otra cosa a mi cabeza. Me dio por mirar más allá. Muchas veces me doy cuenta de que hay gente sola. Realmente otros no sabemos que se siente. Nos gustan nuestros momentos de soledad. Hay cosas que preferimos hacer solos. Pero si queremos compañía también la tenemos. Hay momentos. Cada cosa a su debido tiempo. Pero hay otros que no. Otros no tienen capacidad de elección. “Querer es poder”, pero en este caso no. Quieren pero no pueden. Me he preguntado constantemente. ¿Cómo hacen ellos las cosas de más de uno? Todos discutimos. Pero solo no se puede discutir. ¿Qué pasaría si nos tenemos que subir a una escalera y no podemos sujetarla a la vez? Nos caeríamos. No podríamos hacer nada bien. Nada para lo que una persona sola no sirva. Y he de reconocer que son muchas cosas. Cuando doblo las sábanas necesito una persona al otro extremo. Hasta para cosas tan sencillas. Nadie que te prepare un día el desayuno. Llegar a casa de un intenso día y no tener la cena en la mesa. No poder ver la tele y comentarla con alguien. Son cosas sencillas. Pero sencillas para aquellos que estamos acostumbrados a hacerlo en compañía. Somos afortunados. Intentamos ver los problemas que tenemos a cada segundo. Ver la mala suerte que tenemos en esto y en lo otro. Pero realmente no nos paramos a ver las cosas buenas que tenemos. El factor llamado suerte. Dicen que no saben si existen pero realmente ¿existe? No contestéis. Solo quiero que reflexionéis. Muchos estaréis pensando que esto es un tópico. Sí. Sí. Y seguramente sí. Pero ¿cuántas veces os habéis parado a pensar en ello?
Dejar de ver en todo algo malo. Dejar de pensar en los problemas que tenéis. Siempre digo que sonreír es un pilar fundamental en esta vida. Un objetivo que todos debemos perseguir. Así que mirando lo bueno. Olvidando lo malo. Pensando que realmente somos “suertudos”.
Otras cosas en pareja nos pesan. Otras no salen mal. Las parejas también se rompen. A veces la compañía nos sobra. Pero otras no podríamos vivir sin los demás.
Dejemos de tener pánico, de perder el control de nuestras vidas. Intentemos llegar a un lugar mejor. A otro mundo. Nuestro. Donde solos y con gente seamos felices. A partir de ahora pensemos que todos los días son los mejores. Y que el siguiente será mejor. Más importante. Aprendamos a volar solos, pero con los brazos abiertos para recibir a aquellos que quieran compartir sus vidas con nosotros.

14 de marzo de 2013

F.Dad-


Si no hubiera sido así. Si no quisiera dar dos vueltas. Quiero alcanzar mi sueño. Alcanzarle. A ti no. Otro distinto. No conocido. Quiero tomar caFE contigo. Beberme hasta las copas de los árboles. Tener siempre tu abrigo. Comprar LIcores sin sabores. No seas necio. Abre puertas al destino. No sabes que hay detrás. Mira por el agujero. No sos vos. C’est moi. Algoritmo mismo. Todo lo aprendimos. Nada no conocimos. Ostias muchas. Andado demasiado. Dice un gran hombre algo que me apropio “aprendimos a base de ostias y andadas“ Unas valen mucho. Otras apenas nada.  Pero todo tiene un regalo. Una caja guardada. TE aporta algo. Nada nuevo. Distinto. Y lo peor de todo es que muchas de las cosas que hemos aprendido no son demasiado buenas. Todo a parte de la maldad. Cobra cierto sentido. Pero momentos en los que no eras capaz de disimular esa estúpida sonrisa. La vertical. La horizontal. Os quemaban las palabras. Os ardían los besos. Adorabas las alegrías. Te asqueaban las tristezas. Ya me da igual lo que digas. Mal, bien, regular. Hice lo que quise. Me cerraste la boca con CInta aislante. Y un proverbio me enseño a no arrepentirme de lo que había hecho y no de aquello que no había hecho. Si volviera a nacer cambiaría muchas cosas. Actos. No actos. Besos y abrazos. Contigo o sin ti. A ellos sí. A ti no. Pero nada relacionado a ti. Lo hecho está hecho y no volveré a tropezar dos veces con la misma piedra. Voy caminando y mi abrigo es quien me ayuda a tapar el frío. Ves. Ejemplifico. Haber sido idiota no es serlo. DAD lo mismo que recibís. No os amarguéis. Me repatea la situación. La sensación de no ser feliz.

Última vez.

"Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si de verdad has aprendido a vivir no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.

Cuando crezcas, descubrirás que en realidad no tenías miedo de las dificultades: lo que te asustaba era la obligación de tener que escoger un camino; porque escoger un camino significa abandonar otros; porque no todo en la vida es de un único color. Mira sino el arco iris.
Cuando crezcas, descubrirás que la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante. Que cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y que si lo desea con todas sus fuerzas, todo el Universo conspirará para ayudarle a conseguirlo.
Cuando crezcas, descubrirás que la única manera de cambiar a una persona es mostrarle el potencial que tiene para cambiar las cosas; y haciéndole creer con los ojos cerrados y el corazón en la mano que la magia existe. Que es el puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos.
Y es que el sol aún no se ha puesto por última vez".

-Paulo Coelho

12 de marzo de 2013

Añoras.



Esta mañana al levantarme todo parecía seguir igual. De hecho era una plácida mañana de marzo donde nada había cambiado. Mientras mi padre tiraba de mis sábanas para hacerme levantar. Mi pensamiento seguía siendo el quedarme en la cama a dormir. Era demasiado pronto. No quería levantarme, quería seguir soñando. Pero cedí. Me he levantado y he decidido arrancar el nuevo día con una gran sonrisa en la cara. Mi padre iba a facilitarme todo. Él me llevaría a clase y así no iba a llegar tarde. No me iban a cerrar la puerta en las narices dos horas aunque hubiese hecho el esfuerzo de ir. Eso aumentaba por segundos mi sonrisa. Lo que parecía un día donde no iba a pensar en nada comenzaba a hacerme reflexionar. Mi padre me esperaba en la cocina. Deseaba desayunar conmigo. “¿quieres café?” Sus pupilas se centraban en las mías y como si de algo simple se tratara conteste con un “sí” . Mi padre tiene una costumbre muy rara, pero a la vez muy universalizada. Antes de desayunar “un buen vaso de agua” siempre comenta con una voz como de consejo. Acepté con un gesto de cabeza nada más. Todo seguía pareciendo sencillo. No había complicaciones. Cambios de sentido. Reflexiones al contado. Pero no me imaginaba que un vaso de agua hiciera remover mis pensamientos. Mis sentimientos. Sin más intención que la de vivir los minutos a su lado. Pero de repente los recuerdos acecharon mi cabeza. La playa, el mar, la fuente de mi lugar favorito, las botellas de mi rincón favorito de la ciudad. Todo tenía sentido. Relación con la misma idea. Me revolvió las maravillosas tardes en todos esos lugares. Las mañanas con la brisa. Y las noches con alcohol de quemar. Quería viajar hacía allí. Quería dividirme en tres, poder viajar a esos tres lugares citados. Pero estaba claro. Era imposible. Pero mis ideas si que habían viajado hasta allí. Habían llegado a tocar el agua en las tres situaciones. Las imágenes en mi cabeza eran de color claro. Visualizaba de sobra lo que quería recordar. Pero hablando de agua decidí que la mejor opción era crear contacto con ella. Me acerqué a la bañera e introduje poco a poco cada una de mis partes del cuerpo. Creo que fue la añoranza de esos deseos que brotaban de mi cabeza los que hicieron que disfrutara de la ducha de la forma en la que lo he hecho. Creo y veo que esto no tiene ningún sentido para los demás. El escribir sin sentir nada no tiene sentido. Pero escribir algo que te pone los pelos de punta, y que te hace que lleves todo un día dando vueltas a la cabeza merece la pena ser escrito. Por eso a pesar de qué se que no os producirá nada, a mí sí. Me ha hecho ver las cosas importantes de la vida. Ver el cariño que tengo a los lugares que han formado parte de mi infancia. Ver que querer no es solo un verbo unido a seres vivos. Y ver que la añoranza y la estima tienen cabida en una vida simple. Sin sobresaltos. Gracias a la gente que me llevó allí. Gracias por enseñarme a sentir lo que una tierra puede producir.

7 de marzo de 2013

No.




Me has llamado princesa a la puerta del Edén. No he podido evitar y me he mirado en el espejo. He visto que era mentira y he suspirado. Suspiros de felicidad. Mientes, me haces daño y luego te arrepientes. Pongamos distancia y alcohol, no quiero saber nada más. A veces el límite no llega. Pero otras veces se hace demasiado evidente. Las evidencias hacen que sea tarde. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. He esperado hasta hoy y la feria, el circo ha ido cambiando mis deseos. Mi suerte y mis sentidos se han visto afectados. No le coges cuando llama. Pero no se da cuenta de que no le quieres. No quiere ver que la vida, ésta vez, se escapa entre los dedos. Tienes que aprovechar y no tener que estar pendiente. El milímetro, el segundo se miden. Pero otras cosas no se pueden ver cuánto duran. La felicidad de una persona es algo perpetuo, algo que debe permanecer. Suena bien decirlo. Pero mejor cuando se cumple. Si ves que no formas parte de su vida que se vaya. Si es la otra persona la que no se da cuenta ¡ECHALÉ! No queremos cosas que hagan perdernos. El mar da paz, y tú nerviosismo. Me agobia la velocidad, los chillidos y la irrealidad. El que espera, desespera. Me alegro. La desesperación en ciertos casos provoca diversos sentimientos. Consigues hacerme sonreír. Veo tu desesperación y cubro mi rostro con miles de lágrimas. Lágrimas de felicidad. Nunca deseo el mal a nadie. Hoy no será la excepción. Tengo fuerza y libertad. Soy un imán que no necesita el polo opuesto. Quiero claridad. No me gusta la oscuridad, sino es para ver lo que con palabras no puedo expresar. Pero hace tanto que no siento eso, que apenas me acuerdo a que olía. Por fin me cambia la suerte. El otro lado de la moneda. Dice un gran hombre algo que me apropio "no te quiero tanto, los días de domingo...". Ahora ya me quiero más. Algo, suficiente. En seco, en mojado... Pero despierto y veo que no te necesito. He conseguido mi propósito importante. Ese que siempre planteábamos. Ahora es real. Me vas a ver. Me ves en menos de 24 horas. ¿Sabes ya que decirme? No tienes que volver a recordar. No me cuentes como fueron los polvos. No me cuentes que te ha cegado la otra persona. “Tengo más amigos”. Sigue pensando únicamente en tu soldado. Él, te puede hacer feliz. Le paso el testigo. Es su turno. ¿O el tuyo? Me la pela. Pero búscate las castañas del fuego. No era complicado antes de saberlo. ¿Por qué iba a serlo ahora? Siempre has sido uno, más medio de otro. Apáñate con uno sin medio de nadie. No eres capaz. Lo sé, y eso es lo que más feliz me hace. Cuando haces daño te gusta, pero odias que nadie te lo haga. Tú disfrutas. Yo también. Se ha girado la pelota. La mierda cae sobre tu cara. Al igual que ese vídeo que me enseñaste. Lo descubrimos juntos. Esto lo he descubierto YO solita. Ahora tienes la palabra. Otra cosa es que te escuche. Digas lo que digas; hagas lo que hagas, nada me va a hacer cambiar de opinión. Ya no jurarás. No a mí al menos. Las vidas nuevas no se prometen, se alcanzan. Con o sin ayuda debe ser tu fin en esta vida. Haré puzzles de diez mil piezas, sola, beberé birra en un vaso no compartido, veré películas sin comentarios, con subtítulos para no oír tú voz. Cántale al viento. Grítale. Nadie te va a escuchar. Llegas demasiado tarde. Borracho, colocado, sigue midiendo los milímetros de tu entrepierna. Sabré aceptar que tu madurez disminuye por días. Demasiado fácil. Si también disminuyese otra cosa, volvería a sonreír. Esta vez delante de tu puta cara. Jode correr en dirección opuesta a la que quieres. Pero jode más que quien "quieres" corra en la misma dirección y te adelante. Como un coche a 200 km por hora. Sin detenerse, pero diciendo adiós. Con recochineo. Qué bien me voy a sentir al verte la cara de idiota que tienes. La cara que serviría para trabajar dentro de una carpa de rayas blancas y rojas. Sé que prefieres en una blanca y morada, pero lo siento, ahora eres sufridor. Espero que sigas sin saber lo que esa palabra de cuatro letras significa. Me alegro de no haberte enseñado nada. No quiero haber participado de ti. No quiero dejarte la huella. Siempre sería buena, y no lo mereces. De tu mala educación. De tu nula personalidad. Agresividad. 
Vendrás llorando, riendo o escupiendo; pero nada logrará tocar la manzana que tengo dentro del pecho. Eso que tú nunca quisiste ver. Que nunca pudiste abrir. Podré ser capaz de meter la cabeza debajo del jersey de otra persona. De cantarle una canción a otro al oído. De ponerle los pelos de punta… A otro del que sienta. Te quise a morir. No sé si puedes decir lo mismo de mí. Espero que sigas sin saberlo. Pero verás que bien me ves. Verás que alegría más tonta cuando veas la cara empapada por cantar bajo la lluvia de mano de otro. Ya verás que bien cuando asome el arcoíris en mi vida, donde no estás tú. 
Derrochamos lo que podemos, alegramos a quien queremos.
Buenas noches. 

6 de marzo de 2013

Perpetuo.



Nunca sabemos si realmente estamos solos o no. A veces pensamos que sí, otras que no. Sin embargo hay ciertos factores que te ayudan a ver que jamás estás sola. Dice un gran profesor mío que las mismas cosas “pueden verse un día de negro y otro de blanco”. Y es que lo que hoy te sienta bien, mañana te puede sentar mal. Pero hay muchos días en los que me doy cuenta de que no estoy sola. Todas las mañanas cuando despierto tú estás ahí, te miro y me sonríes. Si yo estoy débil o agobiada tú estás detrás de mí, te miro y me sonríes. Cuando tengo un mal día corro a casa y llorando entro en mi habitación, tú estás dentro, te miro y me sonríes.  Otras veces antes de dormir te cuento cosas, te digo lo mucho que te quiero y tú no hablas únicamente te miro y me sonríes.
Yo haga lo que haga siempre que te miro me sonríes, por eso me gusta mirarte. Hay días que me paso largo tiempo mirando tu sonrisa para ver si se borra, pero nunca lo hace.
Cuando más lo necesito intento tocar tu rostro y cada vez que lo hago una fina lágrima cae y ensucia el cristal de tu marco, entonces cojo tu foto, la dejo en mi cómoda y me voy, porque sé que así cuando vuelva a entrar, tú estarás ahí, te miraré y me sonreirás...
Cuántas veces hemos deseado borrar lo que ha pasado un día, lo que sucedió en un instante, todo lo que cambió en un momento, incluso hasta eliminar un año de nuestras vidas para borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuántas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase "comenzar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? serían 
como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez.
Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos más cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más  hermoso, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos? dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.
En esta pequeña reflexión he dejado marcado tu nombre, tu apenas lo verás y casi nadie lo reconocerá pero sé que me has estado oyendo y ayudando a escribir esto porque cada día de Febrero de cada año se me hace más pesado la cuenta sube pero yo desearía volver a la puerta de tu casa , tu allí esperando a que arrancara el coche y de repente empezar a agitar la mano de derecha a izquierda diciéndome adiós, pero sin darnos cuenta de que ese adiós se convirtió en un adiós para siempre..
Si lo hubieran sabido muchas cosas hubieran cambiado en aquella despedida…
Pero otra cosa de la que tenemos que aprender es que a veces no somos nosotros quienes decidimos, y que quizá las razones para otros no nos sirven a nosotros.
Te quiero y todos los días estás conmigo. 

5 de marzo de 2013

Mejor imposible.


' Quiero enseñarte el trayecto de mi vida desde que arranqué el coche. 
Quiero que veas las carreteras que desgasto, los paisajes que no contemplo pero me rodean. 
Las horas muertas que reviven con los puntos muertos, acostumbrarte a una vida solitaria, tú, yo y la carretera. Quiero que analices cada uno de mis poros, formando un atasco por toda mi piel. 
Retén mis ojos en un punto fijo que no sean esas líneas blancas que separan dos direcciones. Haz que fije mi mirada en tus agonías, en tus mareos, en tu palidez. Deja que ponga la radio y suena nuestra canción. Déjame abrir la ventanilla, tirar el pitillo y renovar el aire. Deja que respire. Acaricia mi mano, que sujeta las marchas, ¿Quieres acelerar? Próvocame un frenazo, que pare en seco mi respiración. Deja que sin querer, se estrelle mi melodía con la tuya. 
Perdóname, por todas esos segundos planos, donde tú y yo no importábamos, discúlpame por no acompañarte antes a cualquier lugar, por no reaccionar a tiempo ante las claras señales. 
Señales que me hacías, que marcabas con cada derrape en el suelo, con cada accidente que sufríamos dejabas una señal. No quiero que te bajes del coche en cualquier semáforo, que nos gobiernen tres colores que ni siquiera son mis favoritos. No quiero un parpadeo cuando cambie repentinamente tu vida, cuando entre en tu circuito y descoloque tu dirección. No quiero una palabra de mi carrocería, que brilla cada día para tu amanecer aclarar. Y el humo negro del tubo de escape, que escape por donde quiera, no entrarán de nuevo los problemas pasados en nuestra memoria. Se irán con aquel humo tóxico y perjudicial. Sostén sobre mi armadura, el capó de estrellas que señalaremos y nombraremos esta noche. Túmbame  en un cruce, y espera a que la batería se apague; en mitad del desierto, a oscuras, sin humanidad a nuestro alrededor, sin obstáculos, ni badenes.    
Sigue conmigo en esta carretera sin final, al infierno de las chicas bonitas; que engañan y seducen a príncipes disfrazados y malcriados.  No apartes la vista de tu cartera ni tus labios de mi piel, que besan y rozan delicadamente el asfalto que dejamos atrás. Cada segundo a toda velocidad, se queda atrás, escrito en un cartón la dirección que nunca tomó. Triste nos ve alejarnos, con nuevos segundos a nuestra disposición. No tomes en cuenta el reloj digital que marca el tiempo actual y olvida el perdido. No lo mires. Mírame, observa como en el retrovisor se evapora la gasolina y tenemos que parar. Escribe en mis piernas las direcciones que tomarías si pudieras ir a todas partes a la vez, dibuja con cualquier pincel los kilómetros que comerías a bocados en mis labios, baila en el reflejo de mis ojos mientras mis pupilas te provocan un cortocircuito. Cargame la gasolina y continuemos el viaje, quedan muchos misterios por desvelar, mucho dinero que gastar, mucho terreno que explorar. 
¿Escuchas el rugir de mi metálico corazón? Que se muere por sentir tus engranajes. Vibra la pista de baile y la tapicería cuando el motor  chilla. Frenamos en cualquier paso de cebra, observa las líneas rectas, condenadas a vivir siempre erguidas, sin nadie que pueda hacer nada por ellas, sin nadie que tuerza su estirada vida. No te entristezcas, pues los hilos de las marionetas algún día se romperán. Ese día sintoniza tu voz con la mía. No tengas prisa por acelerar, ni tengas miedo a frenar. 
Que exploten los airbags, que se desprenda el techo del coche y nos deje respirar. Que el maletero se abra para hablar: "Aquí solo hay maletas vacías, ¿Con qué las pretendéis llenar?" 
Nos hemos dejado en casa los "por si acaso" y nos hemos traído las ganas. Nos hemos dejado en casa olvidados los olvidos, y ahora solo recuerdo nuestros recuerdos. Me he dejado en casa a posta, el destino; para poder improvisar mi propia historia sin que nadie la haya escrito ya. He guardado en un bolsillo el anhelo del hogar, que cuánto más te alejas más la sientes; esta vez el hogar se viene conmigo. 
Si tienes dudas tenlas, pero no me ahogues en preguntas donde las respuestas no están claras. 
Improvísame un giro, un volantazo que nos haga volcar, para volver a tener una excusa para abordarte sin preguntar. Despiertame en medio de un atasco invisible, despiertame cuando las estrellas estén conduciendo en el cielo a la velocidad de la luz: ¡Deprisa, pide un deseo! 
Deseo que esa estrella quiera volver aquí conmigo, en el asiento de atrás, contigo. 
Escupiremos sobre las lunas de esos vehículos tan solitarios. Búrlate de su mediocridad, de su gasolina malgastada, de su energía sin estrenar.  
Saca el brazo por la ventanilla y simula aquel anuncio, sonríe tu sonrisa y se encienden mis intermitentes.  
El punto más ciego de mi ojo no consigue ver tus intenciones: ¡Róbame el corazón y vete corriendo calle abajo! ¡Con tal tesoro entre tus manos sangrando no irás muy lejos!
Sigo el rastro y te huelo. La brisa me ha dicho que tu olor no viene de muy lejos, que estás aquí a mi lado todavía, que todo era un mal sueño. Pisa el embrague y cambia de marcha, quiero que el mundo gire más deprisa de lo habitual. Quiero atropellar las rotondas, comerme las señales de STOP más dulces, burlar la seguridad de las fronteras, volar en cada badén, cambiar el color rojo por un verde permanente. 
Te doy luz verde para investigar mi corazón; arreglame las aboyaduras, cuida mis imperfectos, alímentame con tu energía. 
Atropellaré sin piedad cualquier obstáculo que se nos presente, qué más da si el coche se mancha. Arrojaré por la ventanilla todas tus reflexiones liadas en aquel papel tan fino y en aquella sustancia tan fina y divina. 
Los insectos serán los encargados de hacer volar tus fobias, fobias que aplastaré en mi luna cuando pase a toda velocidad. 
¡Olvida tu vida terrenal! Enciérrate conmigo en esta bestia mecánica y dame caña. 
Pisaré el acelerador mirándote a los ojos; ojos que no parpadearán o perderán el juego. 
Y cuando el paisaje se nos presenté turbio, pondré las antiniebla y te taparé los ojos, para que descifres los enigmas que hay por todo mi cuerpo. Y cuando el peso de mi carrocería se apoye sobre tu elegante tapicería nos enconderemos en el auto-lavado, evaporando los gemidos y limpiando nuestra conciencia.
Qué nos importa una rueda pinchada, un amanecer rajado, que aparezca el motorista fantasma, que no tengamos un corazón de repuesto guardado en el maletero. 
¿Oyes las guitarras que nos provocan y nos imantan?  Cambio mi respiración a la marcha 4, a 100 kilómetros por beso en esta recta inhabitable. 
Rugeme en el oído, muérdeme como los coyotes de este desierto lo harían a sus presas, aprisiona en tus manos trozos de mi piel, colecciona mis caricias, enmarca cualquier parte de mi cuerpo, sé el chófer de mi vida sin camino, hazme olvidar que esto es un coche, que nos vamos a estrellar. Hazme desear que esa estrella fuera yo. Haz que al tiempo le de un infarto al vernos, que se pare de repente y no pueda alcanzarnos. Arañame y déjame huella, pues mi pintura ya es vieja y se cae a trozos. 

Haz que lleguemos al mar y nos paremos frente a él, mientras el mundo gira sin nosotros, sin que nadie sepa que estamos allí, sin que nadie sepa de aquella playa. Haz que lleguemos al mar y nos paremos frente a él, mientras el mundo deja de girar si no estamos nosotros, mientras el mundo deja de girar si nos salimos del mapa. Y que nos busquen por las autopistas, que descubran nuestros derrapes, que nos atrapen por conducción temeraria.
Que el mundo nos detenga cuando el mar se pare frente a nosotros, mientras nosotros rodamos sobre la arena '

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"Kantamelade pasión que estuve bailando ayer debajo del edredón..."

"Ahí estás tu y yo contigo adentro, cuando más dura es la pena más cargado viene el RON"