Me da vértigo el punto muerto y la marcha atrás; vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil. Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el color para parar de los semáforos.
Me arruinan las prisas y las faltas de estilo; el paso obligatorio, las tardes agobio
y hasta la línea recta. Me enervan los que tienen dudas y aquellos que se
aferran a sus ideales sobre los de cualquiera. Los que se aferran a un no o un
si para siempre. Me matan los errores evitables, las palabras malsonantes, las
rimas imperfectas y el uso del alcohol como desinfectante homicida. Me cansa
tanto tráfico y tanto sin sentido parada frente a la ventana, mientras el mundo
gira. Me encanta una tarde con cervezas y buena compañía, y me encanta soñar
que en algún momento pueda cambiar algo de mi vida, y guiar ese camino que me
distancia de algo a lo que me quiero pegar, aferrar…
Me descompone el pensar que nunca estarás cerca de mí, que
pronto me abandonarás como hizo ella, el, aquel… siento una especie de vértigo
y de malestar al creer que algún día dentro de muy poco nuestros caminos se
puedan separar. Eres lo más importante. Gracias a ti, él está aquí y gracias a
que él está aquí, yo puedo escribir.
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