Creo que ha
llegado el momento, de hablar de la felicidad cuando más se necesita. Hoy me he
dado cuenta de que mucha gente se ve afectada por un “gen maligno” que nos
persigue a lo largo de toda la vida. Estoy hablando de la muerte. Cuando somos
pequeños oímos hablar de ella como algo que sucede pero sin entender ni el por
que, ni el como, ni el cuando, en qué momento nos llegará. Hoy he tenido otro
encontronazo con una persona querida a la que este gen le a pasado una mala
factura. Ya somos mayores y no nos planteamos esas dudas sobre la muerte, ya es
algo con lo que vivimos y comprendemos. Entendemos que son ciclos de la vida,
que inevitablemente tienen que llegar. Las cosas ocurren independientemente de
lo que nosotros deseamos. Muchas veces podemos elegir de que forma pueden
acabar las cosas, pero otras veces no. Lo peor de todo, es que viene sin
avisar, no nos lo esperamos. Sabemos que lo natural en esta vida es nacer y
morir pero cuando esto le pasa a un ser querido miles de dudas rondan por
nuestra cabeza. Cuando llega la hora de
afrontarlo parece que nunca estamos preparados como si fuese algo ajeno a
nuestra persona, algo que nunca nos tocará vivir. Hay miles de tópicos de cómo debemos
afrontar estas situaciones, pero llegada la hora eso solo son palabras. Y las
palabras se las lleva el viento.
Hay muchos
caminos de entender o afrontar esta etapa de la vida, pero la mayoría de ellos
innecesarios. La culpabilidad, el suicidio, la depresión… debemos mirar la vida
buscando siempre lo positivo aún cuando no queramos ni seguir adelante.
Esto me lo
han demostrado hoy, no dejar de lado tus obligaciones aun cuando lo único que
necesitas es estar sola, alejada de toda la muchedumbre metida en tus
pensamientos y recordando a esa persona que ya no está.
Con esto quiero
demostrar que se puede seguir adelante. No quiero verte hundida. Sí, tú que
estás leyendo esto. Tu que hoy no querrías que hubiese pasado nada. Tú que eres
importante para mi. Por eso como dicen siempre mis entradas, quiero que sepas
que si hay algo bueno en esta vida es la felicidad. Que si hay algo que puede
alegrarte en los días tristes, es mirar la vida con optimismo, sin recordar lo
malo que haya pasado, mirando al futuro y sobre todo SONRIENDO. Para esto, tienes que abrir tu corazón. Tienes
que aceptar lo que pasa y no tener miedo a nada. No me cabe duda que tras la muerte, para las grandes
personas están reservados los grandes lugares. Ese gran lugar es un regalo y
ese regalo es permanecer en los corazones de los que te han querido. Eso
significa ser eterno y la eternidad es inmortal.
Espero que por lo menos los minutos
en los que has estado leyendo esto, te haya provocado algo en tu persona. Y espero
que seas capaz de SONREIR a pesar de todo.
Recuérdala siempre con lo mejor de ella misma.
Nunca borres esa sonrisa tan bonita
que tienes en tu cara.
Quiero que seas feliz.
!Quiero ser feliz¡
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